viernes, 4 de junio de 2010
Alberto Vadas Kuhn: amigo de la cultura morelense, in memoriam
I: Lo personal
¡Ay Vadotas! Voy a contar una de las tantas diabluras que te vimos hacer, para que los que no te conocieron, sepan de lo que eras capaz. Los que saben de ti o fueron testigos de las aventuras del “Gordo Vadas”, por favor pasen a la sección dos de este apartado, en donde se encontrarán con la solemnidad que merece este asunto, porque hoy, querido amigo, nos abandonaste, partiste de este malogrado mundo y eso --siguiendo las recomendaciones que dabas para vivir--, hay que digerirlo no con lágrimas en los ojos, sino haciéndole los honores a tu bonhomía y desparpajada gracia.
¿Te acuerdas de aquella cena en mi casa, tú, cosa rara sin overol, entre algunos amigos de tiempo atrás y unos cuantos conocidos? Las formalidades estaban en su apogeo y eso parece que te molestó un poco. Ya en la mesa, mientras te aburrías porque de noche eras frugal y decidiste no cenar, se te ocurrió contar un chistorete. Lo malo (o lo bueno) es que éste era actuado... ¡Gordo Vadas! ¡Te quedaste en calzoncillos a media cena!, ante la mirada atónita de los demás y sin mostrar timidez alguna.... Por cierto ¿estrenaste esta ocurrencia con nosotros? Desde entonces dos de mis invitadas no me hablan y mientras el chiste del pingüino circula por Cuernavaca, con todo y tus añadidos, yo te agradezco por haberme librado de un par de moscas muertas.
II: Las cultura que alentó Vadas
Hay quienes piensan que los creadores –desde los pintores hasta los científicos-- son seres alejados de lo social, que las ideas se les dan exnihilo, y por si fuera poco que los celos profesionales los mantienen encerrados en una torre de marfil. Nada más falso. La creación y la tertulia van de la mano: la vida en los cafés, la bohemia y la amistad conforman las bases del pensamiento elevado en más de un sentido. Desde Sartre, Beauvoir, Degas y Picasso hasta Paz, Revueltas, Rivera, Amor y todos aquellos conocidos del “Café París” mexicano, han recibido la inspiración ---y la chamba-- tomando café con los cuates.
Cuernavaca tiene fama de casas grandes y de pétreos muros; se dice que la gente se enclaustra, que pocos se conocen, y que la población flotante vive apartada de la local. Sí y no. La tertulia también se da aquí. Prueba de ello fueron los desayunos sabatinos en casa de los Vadas Thomaes, en los que los habitués solíamos reunirnos –cada quien con su taza personalizada—hasta hace unos 5 años, en torno a una mesa redonda, una mesa no sólo de amigos y de conocidos, de admirados y de controvertidos, sino también una mesa a la que asistimos semana tras semana ávidos de información de lo que sucedía en este nuestro Estado de Morelos.
A su casa, ubicada en la calle de Abraham Zepeda, asistieron políticos, escritores, pintores, filósofos, científicos y periodistas. Enlistarlos sería, a estas alturas, inadecuado –más de 500 nombres--, sólo diré que el sabor de la charla casi siempre resultó un platillo de cocina fusión salpicado de tutti fruti. Nunca faltaron la polémica, la anécdota curiosa y el chisme.
¿Cómo era el Vadas que nos reunía? Trato de recordarlo hoy que vengo del velorio en su casa, en la que se están dando cita un sinnúmero de sus amigos, casi todos los del arte, los negocios y la política estatal. Para responder a la pregunta que me vengo haciendo después de verlo tan plácidamente dormido, recupero la entrevista que le hice hace unos 7 años, misma que apareció publicada en la revista “Destino Morelos”, hoy tristemente desaparecida.
MHN: Beto: ¿Política o arte?
AV: “Depende del momento y de la época y también de quien se trate; el tema político o el asunto artístico brilla por encima de lo otro de manera natural durante la charla. Se va dejando de lado lo que no interesa o lo que ya molesta; por ejemplo, durante las pasadas elecciones hubo un momento en que todo el país estaba demasiado politizado, y ya daba hueva oír hablar del tema...”
MHN: ¿Por qué las reuniones?
AV: La costumbre de reunirnos los latinos la heredamos de los españoles. Esta costumbre a su vez viene de las antiguas reuniones gremiales, el intercambio de ideas entre colegas es básico, y el hecho de reunirnos delante de una taza de café o de una copa fomenta la retroalimentación y enriquece la vida de cualquiera...Los desayunos los hago porque me gusta que en mi casa se reúnan las personas inteligentes. Las personas que aquí vienen han adoptado como un centro de amistad mi casa y yo me considero una persona eminentemente social...creo profundamente en la amistad. La vida o la bebes o la derramas y por un amigo vale la pena jugársela.
MHN: La amistad como sostén de la tertulia…
AV: Para mí la amistad es lo más importante de esta vida, la única riqueza del hombre es la amistad y saber conservar a un amigo es un triunfo inigualable...ser leal y recíproco son dos de las mejores armas para lograrlo...mi casa es la casa de mis amigos los sábados y me siento afortunado de poderlos llamar así. La amistad se construye bajo premisas diferentes de los intereses, las copas y las banalidades...Pero te he de decir que el sostén más importante de estas reuniones es Ann, la güera, mi compañera y querida esposa, quien además se esfuerza por consentir a los invitados cada semana. Realmente se preocupa por lo que le gusta a cada quien y es muy detallista.
MHN: ¿Tienen incidencia en la vida cultural del Estado estas reuniones sabatinas?
AV: Depende de qué se considere vida cultural y a quién le interese la cultura. Lo que sí te puedo decir es que los desayunos son conocidos más allá del centro del país. Uno de los propósitos es que se den proyectos a partir de lo que aquí sucede, y de aquí han salido exposiciones para `La Tallera´, presentaciones de libros, proyectos para la universidad estatal, etc. Y todavía hay a muchas personas a las que quiero invitar, Gonzalo Celorio por ejemplo, ya está convidado y después de lo que escribió Rubén Leñero sobre Garibay, me gustaría tenerlo aquí pronto pues hay que recordar que Ricardo Garibay fue uno de los pilares de estas reuniones.
MHN: La cultura en Cuernavaca
AV: Hay actividades en la localidad para todos los gustos y he observado que hay una multiplicidad de intereses en las personas que aquí vivimos. Hay un grupo literario bastante importante y de pintores ni se diga. También se hacen cine, fotografía, teatro y por supuesto música de calidad. Hay que recordar que la cultura se da siempre, bajo cualquier régimen, sea opresivo o no, en cualquier época y bajo cualquier circunstancia, no obstante, si se dan las condiciones para la creación en libertad y los apoyos necesarios, los engranajes que promueven la producción cultural funcionan mejor. Descanse en paz. Ω
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Mrs. Noval
ResponderEliminarVery touching your comment about my dear friend.
Maru Olson
Alberto era mi primo hermano. Me hubiera gustado conocerlo mas, pero vivo en Canada. Sin embargo, tengo la vena artistica de los Reyes Retana, y he ahi donde el sigue viviendo.
ResponderEliminarUna pregunta, siguio La Tallera despues de su muerte?
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