Luego de que un grupo de
activistas defendiera de su posible demolición o remoción el Polyforum Cultural
Siqueiros y como resultado de la presión social representantes de la familia
Suárez, propietarios del inmueble, declararan que el edificio y la obra mural
de Siqueiros no se verán afectadas, el tema se ha ido desinflando en términos
mediáticos. Pero no cantemos victoria, esta obra maestra del arte mural no se
ha salvado todavía. El problema de fondo es que los mexicanos no acabamos de
entender qué es el patrimonio cultural, ni por qué nos conviene conservarlo. Ya
el GDF comenzó las gestiones para que este inmueble sea declarado patrimonio de
la humanidad ante la UNESCO. Pero usted, querido lector, lectora, ¿sabe que el
Polyforum fue creado aquí en Cuernavaca y es motivo de orgullo para muchos?
1.
La historia del muralismo
mexicano está íntimamente vinculada con la de nuestro estado; en el caso de
Siqueiros no sólo porque a lo largo de 6 años (1966-1971) reunió aquí a medio
centenar de trabajadores (pintores, escultores, químicos, fotógrafos, etc.)
para crear en la equipadísima “Tallera”, los páneles exteriores y la
esculto-pintura titulada “La Marcha de la Humanidad” que reviste por dentro el
Polyforum, sino porque convirtió esa casa construida por su esposa Angélica y
su cuñado Luis Arenal en un centro de la intelectualidad local irrepetible. En
su libro “Páginas sueltas con Siqueiros”, Angélica Arenal narra cómo trabajaba
su marido “febrilmente como un iluminado con un gran equipo de colaboradores no
sólo integrado por mexicanos, sino también por artistas de América Latina, de
Europa, de los países árabes y hasta del Japón”.
Como jefe de talleres de
Siqueiros, a Luis Arenal a veces se le considera un seguidor o un apéndice del
maestro, no obstante habrá que repetir tantas veces sea necesario, que él fue
un gran artista por derecho propio porque fundó el Taller de la Gráfica Popular
(1937) junto con Leopolodo Méndez y Pablo O´Higgins y supo dirigirse a las
masas, mediante elocuentes y distintivos carteles, estampas y hojas volantes.
2.
La semana pasada, como
resultado de un fortuito, pero afortunado encuentro en una exposición dedicada
precisamente a Luis Arenal platiqué con la Dra. Irene Herner, sobre la vida de
aquella Cuernavaca en la que bullían la creatividad y nacía la segunda época
del muralismo mexicano. Siendo expertisima en Siqueiros, Herner recordaba las
importantísimas aportaciones técnicas y plásticas de Siqueiros y hablaba de una
Cuernavaca en la que se reunían artistas e intelectuales convencidos de que un
México mejor podía lograrse partiendo de un proyecto de nación que confiara en
el poder salvífico y comunicador del arte. José de Jesús Alfaro Siqueiros,
mejor conocido como David de los mismos apellidos y Luis Arenal, junto con sus
esposas Angélica y Graciela trabajaron por esa y otras causas desde sus casas
morelenses y eso vale la pena recordarlo en tiempos en que necesitamos orgullo
por lo nuestro.
Luis Arenal fue el jefe de
talleres de Siqueiros y vivió en Cuernavaca entre 1976 y 1985, año en el que
murió. Entre sus amistades contaba a la
pintora norteamericana Elizabeth Cattlet, Adolfo Mexiac, Estela Ubando, Carlos
Kunte, Eduardo del Río “Rius”, Antonio Castellanos, Lavinia Usigli, Óscar
Menéndez y otras importantes personalidades del mundo de la cultura morelense.
Escuchar las anécdotas de Graciela, su mujer es una delicia, por fortuna ahora
también yo me ciento entre sus amistades.
Nacido en Tabasco, Arenal es
el creador del monumento conocido como Cabeza de Juárez, hoy museo dedicado a
ese gobernante; de su pintura realista con tintes simbolistas no se ha hablado
lo suficiente y tampoco se dice que fue él precisamente el creador de la barda
exterior del Polyforum, aquella que contiene los retratos de sus colegas Diego
Rivera, José Clemente Orozco, José Guadalupe Posada, Leopoldo Méndez y el Dr.
Atl.
3.
Como la vida no es tan
injusta, al maestro Arenal se le acaba de montar una muestra en el Centro
Nacional de las Artes, en la Ciudad de México que hay que ir a ver para
entender las luchas sociales del país y el arte que las retrata. Sería un
acierto que la muestra pudiera montarse también en el Jardín Borda.
Como les digo, estuve allí hace unos días y
después de ver la curaduría del Dr. Alberto Híjar Serrano y de oír a las
señoras Graciela e Irene me quedó muy claro que Luis Arenal es el creador de un
universo plástico muy valioso. No sólo por la intención con que nació: ser el
vehículo de comunicación de los “explotados organizados”, o sea los obreros y el
pueblo del México postrevolucionario, sino porque su obra de caballete es
también muy interesante. Cargada de simbolismos y preocupaciones estéticas
únicas, muestra también vínculos con el arte de otras latitudes que hay que
explorar.
Arenal Bastar hizo carrera en
Estados Unidos, específicamente en California antes que en México; de esto y
otros aspectos interesantísimos dan cuenta los estupendos documentales de la
Dra. Herner que han estado presentándose aquí en Cuernavaca, en La Tallera y en
La Sombra del Sabino en Tepoztlán, por favor no se los pierda, si no puede
asistir cómprelos, valen mucho la pena.
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