viernes, 24 de enero de 2014

Los ánimos detrás de la cultura

Como el desarrollo social tiene mucho que ver con los ánimos de quienes ejecutan las políticas públicas pensadas para el espíritu, hoy quiero destacar la labor de algunos promotores culturales a los que no desaniman los desaires ni el escaso interés de algunos en las bellas artes; quiero echarles porras a quienes deciden seguir esta vocación casi franciscana, aún teniendo que aportar recursos propios para el montaje de una obra o exposición en la que creen.
Y es que no son el cumplimiento de un horario, ni el conocimiento, ni siquiera la pura buena voluntad los valores fundamentales del gestor cultural, sino el carácter y el tesón,  así es y ha sido, nos guste o no a quienes estamos a favor de la alta cultura como detonador de cambios en la arquitectura relacional de la población.
Pongo dos ejemplos: el jueves pasado más de 500 personas vimos lo que se logra cuando se trabaja con vocación de servicio social durante la inauguración de la nueva etapa de la Casa de Cultura de Atlacholoaya y el domingo, en el Cine Morelos volvimos a sentir cómo a pesar de que la situación no es ideal en el país, la cultura se perspectiva con futuro promisorio en el estado, si es que se logra que la Ley de Cultura aterrice en la Cámara de Diputados como debe ser: protegiendo a creadores y consumidores, cumpliendo con aspiraciones que abarquen a toda la población, sin que ésta ley sea tan amplia que termine en una abstracción que refleje la suma de un montón de buenas ideas.
Atlacholoaya:
caso ejemplar
morelense
A la maestra Socorro Patiño Aguirre la conocen desde hace unos 10 años en el pueblo de Atlacholoaya, con ella comenzó de manera muy humilde el espacio que hoy es la casa de cultura, un lugar desde el cual ella se ha tenido que enfrentar a la violencia contra la mujer -en su modalidad de machismo vulgar y abusivo que no le permite salir del hogar-, el crimen organizado, el trabajo infantil, la delincuencia juvenil y otros “adornitos” del comportamiento humano empobrecido no sólo material, sino moralmente.
No obstante y contando con el apoyo del anterior Instituto de Cultura de Morelos, la casa  fue creciendo y equipándose poco a poco. Con esto no quiere decirse que esté ya lista, al contario, le faltan muchas cosas, pero sí resulta emocionante ver que con el apoyo de Fundación Rayuela y otras instituciones donatarias lograron inaugurar un salón de danza que proporciona cobijo y ratos de esparcimiento a un montón de niñas que gustosas aprenden que no todo es cuidar a sus hermanitos más pequeños y que tienen una posibilidad de salir al mundo sabiendo que existen la música y la poesía del cuerpo en movimiento.
¡Qué gusto daba verlas admirar a los estudiantes del Centro Morelense de las Artes, quienes se presentaron en el acto inaugural con varios números de danza urbana estupendamente bien puestos!. Me tocó ver cómo a la maestra Socorrito la siguen y la respetan muchas personas porque la han visto partirse el alma.
Valga aclarar que ella no cobra, ni ha cobrado sueldo alguno jamás de ninguna institución gubernamental y que todo lo que ha logrado ha sido por puro compromiso amoroso con la gente de la comunidad en la que vive.
Ley de Cultura: única en el país aunque poco apoyada Bárbara Martínez, Sinaí Arce, Gustavo Garibay, Nora Brie, José Miguel Rueda, Alejandra Rangel, Marco Antonio Tafoya y sus equipos han estado llevando a cabo la consulta ciudadana propuesta por los expertos y por quienes estuvimos en las mesas de discusión sobre la propuesta de ley de cultura hace más de un año.
Hasta el momento se han consultado 19 municipios y este domingo se abrió el foro y se repartieron las hojas para la consulta en Cuernavaca. Las propuestas quedaron registradas electrónicamente y si hay algo que lamentar es que la asistencia del público no es la que se esperaba, a pesar de que el evento de promocionó por redes sociales, en los órganos de difusión de la Secretaría de Cultura, entre los artistas, entre los artesanos, entre los promotores culturales, en las escuelas de arte del estado, etc. Por supuesto los grandes ausentes fueron los diputados involucrados en la iniciativa, y yo me pregunto ¿por qué si se suponen interesados en asuntos como los derechos sociales de los artistas, el patrimonio, la calidad de los espectáculos que consumimos, no se presentan a defender sus propuestas?
En el foro el arquitecto y arqueólogo Juan Antonio Siller destacó la irreparable pérdida de 30 % del patrimonio morelense conformado en gran medida por construcciones del siglo XX, no de la época colonial como pudiera pensarse o del siglo XIX y también dijo que la propuesta de ley pudiera tornarse un parteaguas, no sólo porque sería la única consensuada en el país, sino porque estarían tomándose en cuenta aspectos como el patrimonio cultural natural, que tiene que ver con el paisaje, la manera en la que la que se lleva a cabo el trabajo agrícola, las rutas etnoantropológicas 

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