viernes, 24 de enero de 2014

Cuernavaca: Contrastes con nuevo instituto de cultura

Como es de muchos conocido, este lunes el Dr. Jorge Morales Barud respondió a la inquietud ciudadana  que se generó con respecto a la gravedad de las finanzas del Ayuntamiento en su primer informe de gobierno como presidente municipal de Cuernavaca. Entre sus objetivos mencionó la restructuración administrativa que habrá de realizar para bajar gastos.  Habló de transparencia, de un decálogo de virtudes y un código de ética que tendrán que seguir los funcionarios públicos durante su gestión. ¡Cuánta falta hace que alguien recoja la indignación de la gente y busque restaurar el orden perdido en alguna parte del imaginario colectivo! (porque en realidad tal ideal nunca ha existido), además ¿cómo no hacer estas declaraciones después del escándalo nacional que ha provocado la información sobre el estado en el que encontraron él y su gente las arcas?
Lo que no dijo el Dr. Morales es que en estas cuentas la cultura es un rubro en súper quiebra, dado que la anterior administración dejó 26 pesos para el ejercicio diario de este importantísimo asunto con el que no sólo deben cumplir los gobiernos porque la cultura prestigia, sino porque es una obligación constitucional facilitar a los ciudadanos este bien que se vincula directamente con la educación de los pueblos.
La bolsa de dinero con la que se contó se usó para pagar deudas, quedando sólo el 18% para inversión pública y 15% para servicios. Aún así, en materia de promoción cultural se generaron desde el espacio que él maneja en la Ave. Morelos, cerca de 15 conferencias, 5 importantes homenajes, el encuentro nacional de cocina tradicional morelense, más de 20 conciertos, casi 10 presentaciones de libros y 32 exposiciones.  Todo ello con muy buena voluntad por parte de los creadores e intelectuales y gracias a las gestiones de algunos que trabajan por amor al oficio en ese céntrico espacio mal bautizado como Museo de la Ciudad, porque carece de acervo y por lo tanto funciona más como una galería de exposiciones temporales.
Lo cierto es que Morales Barud ya creó el Instituto del Deporte y el Instituto de la Juventud y desde esta columna anunciamos que de aprobarlo el cabildo, se creará asimismo el Instituto de Cultura de Cuernavaca; lo curioso es que estaría muy posiblemente a cargo de alguien que trabajó arduamente en el antiguo Instituto de Cultura del gobierno estatal, me refiero a Edgar Assad Gutiérrez, actual encargado del despacho pertinente, toda vez que las últimas semanas hubo un enroque de posiciones, pues quien manejaba el área, me refiero a la Maestra Patricia Jiménez Pons tuvo que dejar el cargo por motivos de salud.
Lo que nos debe animar es que en la ciudad, haya o no dinero, seguirá habiendo actividad artística porque el talento y la inspiración no faltan en Morelos, como aseguró en su intervención el titular del ejecutivo  Graco Ramírez.  Esto llevará al Dr. Morales Barud a buscar los recursos necesarios para materializar la idea. Cabe aclarar que este nuevo despacho se comprometería a darle atención a políticas públicas urgentes para el ciudadano cuernavascense, toda vez que ésta responsabilidad había sido soslayada durante muchos trienios.
Como Cuernavaca es sede del INAH, el CIDHEM y UAEM, todo lo que tiene que ver con patrimonio, asuntos arqueológicos, monumentos y hasta lo antropológico se les dejaba a estas instituciones. La grave  descapitalización cultural que padece la ciudad ya no puede soslayarse. Morales Barud sabe que desde el Ayuntamiento tiene que asumir ciertas responsabilidades como dirigente de una ciudad que no sólo necesita entretenimiento, sabe que puede bajar recursos, reunir especialistas para resolver necesidades específicas. Esta gran mancha conurbada incluye pueblos que pugnan por prevalecer, con todo y sus tradiciones e identidades específicas. Dado que él es un académico con grado de doctor en políticas públicas podría liderar grupos de especialistas. Las dos preguntas que tiene que hacerse son: ¿Qué va a pasar en el siglo XXI sin estas perspectivas resueltas? y ¿Cómo articular su discurso político cultural con el del ejecutivo, también empeñado en sacar adelante al estado a partir de su cuarto eje de gobierno que es la cultura? FIN

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