martes, 27 de abril de 2010

Pedacitos de cielo

El poeta Efrén Hernández me enseñó hace poco, que un pedacito de cielo es suficiente cuando se tienen ganas de volar. En su cuento “Tachas”, el personaje principal se fuga por un trocito de ventana; no se mueve ni un ápice, pero su vuelo lo lleva a vivir una vida mejor. Logra tentar las nubes y tal logro es suficiente para el alma de quien se contenta con las cosas simples del espíritu. Para él un triangulito abierto es más grande que el ventanal más ancho del mundo. Lo bueno es que yo me parezco a él: mis pedacitos de cielo son necios. Gracias a ellos me escapo cada rato de esta ciudad tan atribulada. Me voy volando hacia el espacio pictórico de un buen cuadro, hacia la blandura de una escultura, hacia los planos infinitos de un grabado.
¿Qué hará usted, querido lector este fin de semana largote? Si mi ventanita se abre y los militares me permiten lanzarme por ese camino bordeado de pinos que nos enlaza con la metrópoli, yo visitaré dos o tres museos. Hoy los soldaditos de bronce ya me bajaron con mi hijito de 4 años de la camioneta. Espero no me toque de nuevo la revisión de lonchera.
Los héroes del MUNAL
Comenzaré por ver cómo es que Jaime Cuadriello logró comparar a los héroes de la Independencia y la Revolución Mexicana entre ellos y con figuras tan emblemáticas como el Moisés de la Biblia. Según lo que me contaron y lo que sé por un tal Levi-Strauss, tal parece que en nuestra mente se dan la mano santos y héroes. Que hagiógrafos y biógrafos de héroes trabajan con el mismo material psicológico (mitemas, le llaman). Lo mismo sucede, agrega Cuadriello, con los rasgos característicos de ciertas figuras mitológicas. La construcción de un héroe ocurre en vida, dice, pero es en la muerte, donde sucede la mejor parte, así sobreviven sus ideas aquellos a quienes luego convertimos en estatuas de bronce.
Dice mi amiga Tely Duarte, la más querida de todas mis amigas investigadoras, que esta exposición ofrece la posibilidad de ver con otros ojos las imágenes artísticas de nuestros prohombres, que los protagonistas del país deben bajarse de los pedestales y verse no sólo como ideólogos y seres de carne y hueso –últimamente se han puesto de moda las desmitificaciones y humanizaciones de los héroes” (léase quemones)--, sino como resultado de una rara necesidad humana, la necesidad de buscarnos modelos, ejemplos a seguir. Ahí reside, creo yo, la importancia de Superman.
Gritos desde el Archivo
Insistiendo en el azote propio del arte de talante político, es decir, para no bajarle a la emocionalidad de esta semana que comienza ruda en Morelos, iré a ver la selección de grabados que montaron en el Museo de Andrés Blaisten mi amiga Pilar García de Germenos y el crítico y curador James Oles. Ubicado en el Centro Cultural Universitario, allá por Tlatelolco, el museo se ha venido dando a conocer por su completísimo acervo dedicado a lo más granado del arte moderno y contemporáneo. Ahora que le donaron a Andrés una gran colección de grabados, la vuelta hasta ese lugar tan complicado se hace obligatoria.
La historia cuenta que los miembros del Taller de la Gráfica Popular tenían que dejar una copia de sus trabajos en el archivo, decisión crucial en términos de conservación puesto que muchos de ellos se pegaban en las paredes. Luego, en la década de los setenta, muchos de los miembros del legendario taller decidieron transferir 3400 grabados a la Academia de Artes, logrando así la colección de obras salidas del TGP más grande del mundo. Esta colección es la que guarda ahora el Museo Blaisten.
Dado que tres mil grabados son muchos, los curadores se vieron en la necesidad de montar una selección –decidirlo a base de volados habría sido demasiado arriesgado— de 66 piezas, algunas de ellas inéditas. Iré a verlas toditas, claro está.
El Felguérez de la SEP
Ya por esos rumbos y si la bulla capitalina lo permite, iré a dar con todo y el señor que me maneja, al edificio de la Secretaría de Educación Pública, en donde recientemente mi querido amigo Manuel Felguérez acaba de estrenar muralote, un abstracto, me han dicho, de esos gozosos que ha venido pintando desde que abandonó la geometría y se decidió por la línea continua y la figura cachonda y revoloteadora. De esto les platicaré en próximas semanas si decide, usted lector que le interesa el tema y me escribe un comentario a la dirección electrónica que aquí aparece. No tiene que escribir largo ni sabiondo; unas líneas bastan para decir “hola”. Ω

1 comentario:

  1. Gracias... seguiré las sugerencias hasta donde me sea posible...
    Pero, el simple hecho de leerte , es un bálsamo para este momento de miedo.

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