martes, 13 de abril de 2010

Marianna Dellekamp y su proyecto “Libros de tierra”


La tierra se transgrede, se usa y se desatiende. Su papel como portadora de vida queda relegado al mundo científico. El mundo del arte poco ha insistido en su importancia. No obstante, a Marianna Dellekamp –reconocida fotógrafa mexicana--, se le ocurrió registrarla con su cámara y mostrarla de manera inédita en un museo. La artista decidió darle una presencia específica, a cada una de las muestras de tierra que le enviaron algunas personas desde diversos lugares del planeta, transformándolas en singulares libros.
Su acercamiento al elemento natural lo motiva, además del énfasis en el uso político que se le da al asunto ecológico, la idea de la identidad, una idea que como hemos señalado ya en números pasados, ha sido el motor de interesantísimos proyectos conceptuales.
El proyecto “Libros de tierra” se presentó hasta hace unos días en el Museo de Arte Moderno de la Ciudad de México, pero como la muestra volverá a verse dentro y fuera del país, y en la Galería de Nina Menocal serán expuestos otros de sus “libreros”, la invito las páginas de este suplemento cultural. Lo que usted leerá es el resultado de una charla informal que sostuvimos ella y yo, vía internet en días pasados.

El arte y los libros como tablas de salvación
“El arte es como una ventana sobre el caos”, dice Zygmunt Bauman, destacado filósofo a quien sigo casi vehementemente por estos días. Según él, la nuestra es una época de aceleración de la experiencia, de imperio de lo efímero, de ascenso de la insignificancia”. En esta vorágine, cualquier cosa puede presentarse como arte y confundirnos. No obstante “evitar que la humanidad olvide su propia mortalidad, su propia naturaleza –evitar que se olvide a sí misma—es tarea que compete, hoy en día, justa y abiertamente al arte. El arte perdurará desde y para la consciencia”, asegura Bauman, quien ve en ciertas obras de arte las tablas de salvación de la humanidad.
Tal idea me lleva a pensar en los libreros de Dellekamp como algo más que un buen proyecto conceptual. Creo que su trabajo surtirá el efecto deseado, aunque esté tentado por la muerte. Y está tentado por la muerte porque es difícil que las cajas-libros de acrílico se conserven intactas en el tiempo, pero también porque como instalaciones, los otros libreros en los cuales ya trabaja, difícilmente encontrarán un espacio visible y definitivo. Con estas ideas la contacto.
MH.- Marianna, ¿por qué libros y libreros?
Marianna Dellekamp.- Todo texto, cualquiera que sea su forma de expresión, es determinado por la forma de ser leído o navegado. Aquel que interpreta el contenido decide cómo rompe este orden dictaminado a priori. Leyendo en desorden, repitiendo una página o una frase, saltándose capítulos, estableciendo la lectura de una sola sección, como referencia de un tema o simplemente guiado por sus imágenes. Así construye su propio texto.
MH.- Marianna, creo que parte de lo que el espectador "recibiría" o "leería" como intención en tus imágenes, es la idea de registrar la identidad de algo que fenomenológica y comúnmente se entiende como un ente genérico, la tierra, no obstante tú registras por medio de la fotografía y luego expones diversas tierras con sus particularidades e identidades individuales.
MD.- Cargada con diferentes contenidos, la tierra me inspiró la creación de la Biblioteca de la Tierra. Después de haber intervenido y fotografiados dos libreros particulares, me cuestioné mucho lo que representaba el librero como objeto y cómo éste representaba a su dueño. Así, decidí hacer un librero que tuviera en sus anaqueles algo que llevara implícito mis intereses. La tierra por su forma obvia e inmediata me pareció de sumo interés. Una vez traspasada esta barrera inminente la tierra se convierte en un elemento repleto de contenidos: anecdótico, sentimental, familiar, religioso, filosófico, político, geográfico, económico, ecológico, migratorio, etc.
MH.- Como substancia y forma, la tierra que expones se transformará ¿es tu idea hablar de la impermanencia de las cosas?
La transformación de las piezas forma parte de estas cualidades o contenidos a los cuáles quiero hacer referencia en el trabajo. Es algo que intento usar a mí favor.

MH.- ¿Por qué la expones en cajas con forma de libros?
MD.- El libro es para mí la forma más fácil de poder hablar de contenidos.
Usé este objeto como una metáfora; la tierra se transforma en el material y tema del cuál habla el libro. El colaborador, se convierte en el autor del volumen y el lugar de procedencia es el título de este tomo. Como toda biblioteca, esta tiene varios acercamientos a un mismo tema. En este caso hay tierra del mismo lugar que es contribuida por diferentes autores.
MH.- John Dewey, crítico de arte norteamericano habla en uno de sus más leídos textos sobre el arte como experiencia, es decir, desacraliza el objeto museable y prestigiado, bello y acabado para enfatizar la necesidad comunicativa, vocacional, vivencial del artista ¿por ahí vas?
MD.- Este es un momento clave para hacer una reflexión de lo que somos en relación al mundo. Vivimos en un planeta con una ecología desgastada, utilizada solo con fines de propaganda política o publicitarios a favor de grandes corporativos. Solo dándonos cuenta de lo que cada uno “Es” en relación a nuestra “Tierra” (polvo, superficie del planeta, espacio para compartir con otros, terreno cultivable, lugar de nacimiento, partículas minerales y orgánicas, etc.) podremos darnos cuenta de nuestro papel como un pequeño engranaje dentro de una maquinaria mucho más grande. Sólo con esta conciencia podremos realizar un cambio real y concreto.
MH.- ¿Cuáles son los antecedentes de este proyecto? ¿Hay alguien más trabajando de esta manera que en algo recuerda al arte correo?
MD.- Como antecedentes, te mencionaría el trabajo anterior de los libreros que he venido interviniendo. Por lo general me concentro en mí propio trabajo e intento no buscar referencias, eso no quiere decir que no tenga influencias, soy y somos en este momento seres totalmente visuales y contamos con una gran cantidad de información. En cuanto al correo y las colaboraciones, hubo mucha gente que experimento con estos medios.
Hablando de los mexicanos puedo pensar en Ulises Carrión y Felipe Ehrenberg. Wallace Berman en Estados Unidos. En este caso más que subrayar el medio de correo, creo que sería importante resaltar la idea de colaboración, ya que la pieza ha sido posible por la participación de más de 150 personas. Se usó el correo tradicional para que las tierras llegaran al estudio, pero en este caso fueron las redes sociales (www, mail, y facebook) las que hicieron posible que la voz se pasara. De esta forma dentro de la biblioteca hay personas las cuales conozco bien y personas que nunca he visto y lo más probable es que no las vea en persona nunca. Es un proyecto de colaboración.

MH.- ¿Dónde se expondrá la pieza?
MD.- La pieza se va del Museo de Arte Moderno al MASIN (Museo de Arte de Sinaloa, en Culiacán). Después de ahí comenzará a viajar fuera del país. En la Galería Nina Menocal, el 13 de abril, expongo 3 libreros más. Te mando un texto que explica de manera corta los tres proyectos.

MH.- Tus fotografías son estupendas, de una altísima calidad, las tuve una por una entre las manos enguantadas. Valoré su calidad de abstracciones que dejan de lado, poco a poco la figuración. Es decir, siento que hubo además una traducción o transformación de lenguajes entre lo figurativo (tierra reconocible que podría ser parte de un paisaje si no la hubieras registrado como lo hiciste) y lo abstracto. Se convirtieron en imágenes aplanadas y hasta pancrómicas (énfasis en el lenguaje blanco y negro). ¿Puedes hablarme de esto, por qué el close-up, el formato de las mismas?
MD.- Trabaje la tierra de la misma forma que había trabajado anteriormente con los líquidos del cuerpo. Al mostrar un objeto en una escala que no le es propia, busco llamar la atención sobre la materialidad del sujeto para de esta forma apelar a la reflexión.
Marianna, insistiré, en próxima charla, sobre la calidad de la imagen porque me quedo con las ganas de abordar lo que yo más disfruto, que es lo visual.
Y es que, como dije antes, las que ve usted aquí reproducidas en papel periódico mate, las tuve yo entre mis manos en su calidad lustrosa. Más grandes que una página completa, las fotografías me invitaban a “leer” la tierra como uno y muchos textos, pero acabé gozando también de las composiciones abstractas, algo de lo cual casi no hablamos ella y yo por falta de espacio y tiempo para abordar la problemática que surge cuando se quiere relacionar lo textual con lo abstracto. En otra ocasión será.Ω

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