lunes, 19 de julio de 2010

POR PASION Y CON DINERO : ALGUNAS REFLEXIONES SOBRE EL COLECCIONISMO DE OBRAS DE ARTE (Primera parte)


Partamos de la base de que el coleccionismo completa el fenómeno que denominamos artístico y que consta de tres elementos básicos : el artista o productor de la obra, la obra misma y el espectador o consumidor que puede “consumirla” de manera pasiva admirándola en un museo o libro de arte pero que también puede convertirse en un consumidor activo o coleccionista si compra obras de arte y con ello promueve que se den más. Pero, ¿qué es en sí el coleccionismo ?, ¿por qué coleccionamos ciertos objetos o valores al grado de obsesionarnos con ellos ?, ¿hasta donde es sano entregarnos a ese “hobby” y en qué momento se vuelve patológico el hecho de querernos apropiar de ciertas obras de arte ?

Desde el punto de vista psicológico tenemos al menos dos tendencias : la freudiana que asume que el individuo se ha quedado fijado en la etapa anal y que el placer de retener propio de esta etapa lo ha proyectado en el placer de retener objetos con determinado valor para atraer la atención de otros. La segunda mirada a este fenómeno, sería menos patológica y hablaría solamente del placer, sobre todo estético, que da el hecho de poseer varios objetos preciados que en su conjunto hacen un todo armónico y que nos comunican ciertos sentimientos e ideas provenientes tanto del artista como de una época. Como vemos, la primera teoría se centra sobre el fenómeno del control, que puede llegar a ser sumamente destructivo ya que de hecho se tocan los límites de la locura en su modalidad de manía atesoradora, mientras que la segunda explicación se centra sobre el fenómeno del placer, y de las proyecciones personales del coleccionista, pero se trata más bien de un ímpetu ordenador y constructivo o creativo por parte del mismo y no llega a provocar angustias. Pero además tendríamos que considerar una tercera opción, la del coleccionismo por el simple y sencillo aspecto económico : la ley de oferta y demanda y el hecho de que hoy por hoy las grandes fortunas tienen que ver cada día más con las inversiones en obras de arte.

Es ya tradicional la aparición anual de un número de la revista Art News dedicado al análisis de los 200 coleccionistas de obras de arte más importantes del mundo (importantes claro está por la cantidad de dinero que invierten y de obras que poseen) . De la lectura del último suplemento dedicado a estos menesteres, se desprenden varias conclusiones : el mayor número de coleccionistas son norteamericanos, como lo hace suponer el hecho de que las grandes fortunas se amasan en el país vecino ; estos coleccionistas se centran en las ciudades de Nueva York y Los Angeles principalmente. Les siguen en importancia los coleccionistas europeos, así, en bloque para no llegar a distinciones minuciosas. Pero en tercer lugar y creciendo en importancia, aparecen los inversionistas japoneses, quienes no se miden al afirmar que : “construir una gran colección de arte es como construir una exitosa empresa” (Tsukasa Shishima, de 71 años, presidente de un banco en Fukoaka, Japón.)

Los coleccionistas latinoamericanos forman el cuarto bloque y nuestro país no hace mal papel por lo que se refiere a inversiones anuales en obras de arte a pesar de que, como afirma la revista, hemos pasado un año crítico, de severas restricciones económicas. Sin embargo, la lista de los “top collectors” mexicanos (la mayoría afincados en las ciudades de México y Monterrey) aparece relativamente igual, sin cambios con respecto a sus antecesoras ; los nombres de quienes ya sabemos se mantienen a la cabeza y no cejan en invertir en el trabajo tanto de jóvenes mexicanos como de maestros consagrados aunque sí se asegura que dejaron el primerísimo lugar que ocupaban como compradores en las subastas neoyorquinas dedicadas a los grandes maestros. Por otra parte, resulta de llamar la atención el hecho de que otros países se han aprovechado de nuestra situación socioeconómica para hacerse de algunas de nuestras obras de arte, como lo demuestra el hecho de que varios “Kahlos” se encuentren ahora en manos de un coleccionista argentino, Eduardo Constantini, quien es ahora uno de los más cortejados inversionistas por parte de los “dealers” y casas de subastas.

Lo anterior nos lleva a recordar que el mundo del coleccionismo es sumamente inestable, hoy se invierte en lo que antes ni se tomaba en cuenta como obra de arte. A partir del gradual conocimiento y aprecio de nuestra historia, se logró la combinación de la compra de antigüedades y objetos afrancesados considerados antes de “buen gusto”, con las adquisiciones de arte moderno y contemporáneo. La misma Inés Amor en las memorias sobre su galería , la primera dedicada al arte contemporáneo en México, nos asegura que las obras mexicanas en los cuarenta no eran valoradas y que sería hasta los cincuenta cuando el coleccionismo por parte de los mexicanos empezara a mirar al arte producido por nuestros compatriotas, pero que aún en los sesenta no existía una plena confianza más que en los nombres de los ya por esas fechas consagrados maestros de la Escuela Mexicana de Pintura. Pero para eso, nos dice, tuvieron que venir inversionistas extranjeros que nos enseñaron a confiar en nuestros propios productos artísticos ( Nelson Rockefeller, Edward G. Robinson, Stanley Marcus) ; así, los primeros “aventados” que conformaron las grandes colecciones de arte mexicano contemporáneo fueron Marte R. Gómez, Cesar Martino, Pascual Gutiérrez Roldán, Jacques Gelman, Lola Olmedo, Licio Lagos y Alvar y Carmen Carrillo Gil. Mención aparte merece Ricardo Pérez Escamilla, quien se ha dedicado, con una pasión pocas veces vista a tratar de rescatar del olvido a por lo menos dos artistas valiosísimos (Casimiro Castro y Manuel González Serrano).

De lo anterior se deduce que el fenómeno del coleccionismo es un poco más complejo de lo que parece, pues influyen en él varios factores : psicológicos, sociales, económicos, de moda, etc. y por lo mismo, a estas alturas es necesario reconocer que existe un triángulo, el de la valoración social de la obra de arte, que es necesario tomar en cuenta al pretender acercarnos críticamente a cualquier artista. Dicho triángulo está formado por tres catetos que serían : la crítica de arte, el coleccionismo y el mercado o circulación de las artes. Si me lo permiten, más adelante seguiré hablando de ello.

2 comentarios:

  1. HOLA, PUES SOLO QUERIA SABER SOBRE LO DEL 4O CONCURSO DE PIANO CLAUDIO HERRERA DONDE Y COMO TENGO QUE ENTREGAR LOS PAPELES QUE ME PIDEN, QUISIERA SABER SI TENGO QUE IR HASTA LA ESCUELA O COMO
    GRACIAS
    ESPERO SU RESPUESTA

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  2. este es mi correo rachid.b1.c1@hotmail.com ( soy el del comentario de arriba sobre el concurso)

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