martes, 13 de julio de 2010
Presentación del libro Zapata en Morelos
Presentación del libro Zapata en Morelos, Castillo de Chapultepec, julio 5 de 2010
Me es muy grato compartir con ustedes algunas de las ideas que desarrollo en el capítulo que, en mi carácter de estudiosa de la imagen, me fue asignado por esta casa editorial.
Primero les contaré que la encomienda que me hicieron fue encontrar a Emiliano Zapata Salazar en las artes plásticas modernas y contemporáneas y desarrollar un discurso que hilara las diversas intenciones de los artistas, que por alguna razón decidieron retratarlo.
No obstante, a medida que avanzaba la investigación, me di cuenta de que la imagen zapatista excedía con mucho el ámbito de las artes plásticas; que al héroe podía encontrársele no sólo en el mundo entero, sino que sus representaciones incluían todo tipo de objetos, desde camisetas, bolsos, tazas, portadas de discos y anuncios publicitarios, hasta fotografías, películas, grafiti callejero, murales, libros y resignificaciones del discurso político.
Como soy golosa y de espíritu abarcador, tanta iconofilia no hizo más que animarme y fue así como la imagen multiplicada y multifocal de Zapata, se transformó ante mi mirada atónita en el texto titulado: La figura en el espejo: Hacia una semiótica de la imagen zapatista.
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El planteamiento central es que siendo un solo sujeto, el héroe nacional deviene miles de imágenes, que en su aparente sencillez la figura ha sido leída e interpretada de diferentes maneras a lo largo de los siglos XX y XXI.
La diversidad de los tratamientos estéticos se analiza a partir de las propuestas de la iconología y la semiología de la imagen y abarca las idealizaciones, las representaciones realistas, las cristalizaciones monumentales, las irreverencias, los homenajes, las apropiaciones y los “azotes” de quienes consideran ejemplar a Emiliano Zapata.
Pongamos dos ejemplos para ver de qué se trata esto:
Por un lado el Paisaje Zapatista de 1915, de Diego Rivera, una pieza centrada en problemas estéticos. Inflamado por las noticias que le llegaban a París al pintor sobre el levantamiento armado en México, pintó un paisaje cubista al reverso de un óleo titulado “La mujer del pozo”. Una obra que vale la pena comentar porque se tendía y se tiende a pensar que el realismo es la única opción para la representación del héroe y como vemos no es así; hay apuestas modernizadoras valiosísimas como esta, o la versión contemporánea de Inda Sáenz o los maravillosos collages de Gironella, por no hablar de las desarticulaciones de Arnold Belkin.
Por otra parte, tenemos la propuesta de los diversos miembros del TGP, quienes a partir de una concepción clásica del héroe, lo convierten mediante el lenguaje vigoroso del grabado, la herencia del expresionismo y el realismo socialista, en la máxima figura de la resistencia. Ese es el Z. panfletario del arte, el más vigoroso o dinámico en términos de recepción de la imagen y su tratamiento tendrá que ver con la propaganda de la que va a ser objeto Zapata en el tiempo. Los mejores trabajos del TGP se los debemos a artistas como L. Méndez, J. Chávez Morado, A. Zalce, R. Anguiano, C. Bracho, Erasto C. J., Gabriel Fdez. Ledesma y Mariana Yampolsky. Por cierto que un grabador de Cuernavaca, heredero de esta tradición, Alejandro Aranda, logró hace poco demostrar una vez más el poder de la imagen estampada. Sus zapatas incluyen al pueblo y los neozapatistas, estando de visita en el estado, difundieron masivamente su obra.
También hablo en mi texto, de cómo Zapata no ha sido el mismo siempre: su compleja imagen incluye una “leyenda negra”, que va de lo que decían algunas publicaciones periodísticas de la época, como la Revista Cosmos –él y los zapatistas eran roba vacas, violadores y asaltantes de la gente bien--, hasta lo que J. Gpe. Posada difundió en hojas volantes para ilustrar los corridos y dichos populares. Por cierto que el apodo del “Atila del Sur” viene de un titular del periódico el Imparcial, el Moderno Atila le llamaron en 1911, respondiendo a la necesidad de ponerle cara a las ideas.
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Ahora bien ¿de dónde viene el rostro zapatista?
Curiosamente, la imagen que tanto conocemos y que percibimos como muchos zapatas por los diversos fondos y tratamientos visuales, viene de unas cuantas fotografías tomadas por Agustín Víctor Casasola, los hermanos Salmerón y Hugo Brehme, básicamente. Este fenómeno, que ha sido muy bien estudiado por John Mraz, lo ha convertido en una figura icónica, en lo que el publicista denomina como tal por su capacidad de crear y explotar necesidades.
El semiólogo R. Barthes dice que estos signos no son naturales sino creados por la cultura, que al distorsionarse el valor original de la imagen, la misma se puede dinamizar infinidad de veces – ya anunciaron que habrá cerveza zapata y villa – y se prevé que surjan muchos productos zapatistas más en el mundo.
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Volviendo a imágenes memorables del arte mexicano, podríamos señalar también que el componente indígena de la imagen de Zapata (acuérdense de que cuando un semiólogo habla de imagen no solamente se refiere a la que se ve, sino al significante mental) ha llevado a algunos artistas a una idealización especial del héroe, como sucede en el fresco de Rivera en el Palacio de Cortés, en Cuernavaca, en donde además de aparecer con los rasgos indígenas exaltados, se le representa vestido de manta, o en el grabado de Jesús Saldívar, en donde algunos símbolos zapatistas como las cananas aparecen vinculados a la imagen de la Coatlicue.
Añado que me parece que Zapata es el héroe nacional más representado en todo el mundo, por varias razones, la primera es que no se corrompió en el camino. No es que no se haya dejado vencer por las pasiones humanas, sí lo hizo y el hecho de que haya sido así, lo convierte en un héroe muy moderno. Pero lo importante es que es un héroe limpio y vinculado a la tierra que nos da patria.
Otra de las razones que lo mantendrá vigente como ícono y esta es una hipótesis mía que oída por expertos no me ha sido rechazada, es que su rostro tiene que ver con lo que la época de oro del cine nacional propone como un ideal: el charro guapo, bien plantado, orgulloso de sus raíces mestizas que consume lo nuestro…el galán simpático y un tanto bravucón que además se esmeraba en su arreglo, ese es Zapata; Hay testimonios de cómo ponía atención a los detalles de su vestimenta; siendo delgado, espigado y con aquella mirada profunda, fomentó el uso de su imagen en varias películas –a diferencia de Villa quien pagó por ello a una cía norteamericana de cine— y fue objeto de una resignificación política de su imagen…y no me refiero a un encumbrado político morelense que aprovechó su parecido físico, sino a las placas de los coches, al empleo de pinturas zapatistas en las oficinas de gobierno del estado y a su presencia icónica en mercados, talleres de autos, restaurantes, cantinas, etc.
Finalizo mencionando que me parece significativo el hecho de que en Morelos, la imagen de Zapata sea una especie de marca registrada, que forme parte de la identidad del estado hasta el grado de que llamándose Morelos, venga a ser representado icónicamente por Zapata y no por el héroe de la Independencia del país.
Me parece importante señalar también que si bien el fenómeno zapatista se conforma en literatura y en la cultura académica por personajes como Otilo Montaño, Pablo Torres Burgos y Eufemio Zapata, éstos sean en las artes y la cultura popular, poco representados. Lo mismo sucede con la imagen de las revolucionarias del ejército libertador del sur, quienes que se sabe acompañaron en sus lides al héroe de Anenecuilco.
Dejo en el tintero, para que me vuelvan a invitar a platicarles de Zapata, la cuestión de la escultura heroica, este asunto que tiene que ver con la noción de la religión de la patria –J A Manrique, expo 1985—y que resulta interesante porque lleva a pensar en las políticas culturales ejercidas por el Estado, habladas e instrumentadas como cuando Vasconcelos y Obregón se lo propusieron, o no teorizadas, pero sí ejercidas cada vez que se decora la ciudad con un bronce.
Es momento de señalar aquí que le debo al Dr. R. P. Montfort y a Salvador Rueda, connotados tratadistas del tema algunas de las ideas desarrolladas en mi texto.
Hace un par de días, discutía con Pablo Marentes sí Zapata es un ídolo o no. El decía que no, que el personaje que nos trae a esta mesa no incluye elementos de adoración religiosa en su presencia mediática....eso dice Marentes...pero yo digo que sí hay, que el mito Zapata tiene que ver, a estas alturas, con un sentimiento que nos envuelve a todos…una especie de religión laica muy visible en estas fechas de los festejos en torno a los centenarios.
Dice la psicoanalista H. Jacobsohn, que la imagen de Zapata es, entre otras cosas, la metáfora visual del lema "Tierra y Libertad"1, y tierra es la tierra prometida de Moises... Moisés es el Páter, el patriarca, el hacedor de la patria y del patrimonio. Probablemente no todos lo adoran a él –dice--, pero al texto subyacente sí. Zapata es el vehículo de un anhelo universal y por eso se parece a los santos.
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Y yo coincido con ella y con la exposición del MUNAL “El éxodo mexicano”. Zapata es para mí una figura en el espejo que se multiplica mil veces, siempre la misma pero diferente en cada nuevo reflejo. De ese modo nos construye a nosotros como colectividad y nos infunde un sentimiento poderosísimo, el de ser orgullosamente mexicanos.
1 Reforma, Libertad, Justicia y Ley, lema zapatista.
Más información:
http://www.eluniversaltv.com.mx/detalle19166.html
http://www2.esmas.com/noticierostelevisa/cultura/182832/zapata-caudillo-mas-plasmado-historia-visuall
http://www.noticierocentral.com.mx/topico/Mar%C3%ADa+Helena+Noval
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¡Felicidades amiga te luciste!
ResponderEliminarFelicidades a todos los participantes de este libro tan hermoso: María Helena, Salvador, Adalberto. Me hacen sentirme orgullosa de mi Morelos querido.
ResponderEliminarCarla
Gracias Carla a tí por escribirme y tu ánimo respecto a mi texto. MHN
ResponderEliminarhola mi nombre es José Manuel Estudio en la UAEM en la facultad de humanidades. Realizo la tesis de licenciatura sobre la escultura ecuestre de Emiliano Zapata en Lerma la cual como sabrás tuvo como primicia ser la más grande del mundo, esta tesis presenta problemas sobre la efigie del héroe, quisiera saber ¿si me puedes dar tu correo electrónico o alguna otra forma de comunicarme contigo? Ya que es muy importante para mi la manera en la cual una imagen como la fotografía pasa a una imagen tridimensional en la escultura. Espero puedas contemplar mi objeto de estudio y decirme si la mirada del jinete a que fotografía pertenece?
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