Planteada por el psicoanálisis freudiano con el nombre de "complejo del
semejante", la idea de que todos los seres humanos nos identificamos
con quienes nos rodean porque recordamos nuestra indefensión primaria,
nuestra necesidad de protección, se torna básica en estos tiempos de
inseguridad.
De esta noción nacen los códigos de éticos del mundo, el
agradecimiento, la empatía y el amor al prójimo. Entonces ¿por qué si se
trata de un proceso psíquico y afectivo natural nos estamos olvidando
de la ley del "buen vecino" quienes vivimos en Morelos? ¿De qué manera
se puede fortalecer esta noción?
La semana pasada critiqué en este espacio el comportamiento poco
empático de una agente de la policía federal que atendió a mi llamado
denunciando un delito. De ese lado, del lado el de los "justicieros"
nada supe ya; en cambio, del lado de mis amigos, la familia, los
conocidos, mis semejantes, recibimos mi familia y yo un montón de
mensajes de apoyo. De ello se colige que a mucha gente le sigue
interesando el bienestar común, la alegría del otro. A esto se le llama
solidaridad. Los demás existen. Somos parte de un todo. El todo es más
que la suma de sus partes. Eso da mucho gusto y se agradece
profundamente.
Por si fuera poco, contagia acciones. Hay quienes hablan de "neuronas
espejo", refiriéndose al valor imitativo que poseen los actos
admirables; yo prefiero hablar de redes sociales[i]
, de las relaciones
entre los miembros de la sociedad que deberán fortalecerse en este
estado, si queremos lograr cambios significativos con respecto al
acontecer actual. Se tiene que acabar la idea de que "papá gobierno" nos
tiene que resolver todo.
...
Por el Prof. Pablo Rubén Villalobos, interesado de tiempo atrás en el
fortalecimiento de las redes sociales en nuestro estado, me entero de
que existen iniciativas de formar organizaciones civiles para combatir
la inseguridad; iniciativas que incluyen la participación ciudadana
activa de gente de renombre para apoyar a las autoridades. Esto tiene
que ser así, porque como señala Teodoro Lavín en su nota de ayer en
estas páginas, también se han acercado al Secretario de Gobernación,
Jorge Messeguer, representantes de organismos que sólo buscan servirse
del nombre y no trabajan en pro de nada ni de nadie.
En estos casos no debe perderse de vista que lo que cuenta son las
relaciones entre los individuos y no los intereses particulares, sólo
así, el resultado impactará rápida y directamente en la comunidad. Estas
ONG´S o asociaciones tendrán que desalentar actitudes negativas y
contribuir a que se valore masivamente una idea, por ejemplo la
conveniencia de la denuncia de los delitos, la importancia del apoyo
psicológico, etc.
El efecto "bola de nieve" del que hablan los expertos en redes
sociales implica que si uno jala al otro, y ese otro jala al otro, de
repente todos nos veremos involucrados en un proyecto común. Sólo así se
fortalecerá el tejido social.
Por esa suerte de comportamientos, los epidemiólogos estudian la
propagación de las enfermedades a partir de la noción de red social, y
cuando se trata de analizar de dónde salen los rumores, se piensa en una
estructura primaria.
Aunque todo caso de maldad existe en sus propios términos, es decir, es
un suceso que se explica de manera particular, y sabemos por
experiencia que las fracturas duelen individualmente; hacer frente común
ayuda. Nadie experimenta en cabeza ajena, pero el vernos en el espejo
del otro alivia.
[i] No hablamos
aquí de redes sociales virtuales (internet), sino del trabajo en equipos
reunidos en un tiempo y espacio determinados.
Helena Noval
helenanoval@yahoo.mx
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