jueves, 13 de septiembre de 2012

El Informe de Martha Ketchum: ¿con qué contamos para arrancar?

El sexenio que viene heredará un instituto dedicado a la promoción de la cultura que apareció en el mapa morelense entre 2006 y 2012; el período será conocido como el de Martha Ketchum. Duele decirlo, pero no deberá colgársele el milagrito al gobierno saliente. Su buen trabajo le costó a ella gestionar recursos federales, inventar programas, jalar a la gente no asidua a las actividades culturales y trabajar en municipios. Sus relaciones personales ayudaron. Cuando pienso en la ausencia de una política cultural dictada por el gobierno panista como plan de desarrollo social, se me ocurre que es como si le hubieran dicho a ella“haz lo que quieras con tres pesos, pero no estorbes”. Inevitable resulta relacionar esta manera de operar, con una anécdota muy conocida en el ámbito político. Cuentan que recién entrado el gobernador Gonzalo N. Santos a San Luis Potosí, le recordaron que no había nombrado a nadie en cultura, a lo que él contestó: “búsquense a cualquier rarito…”. Hay que decir que quienes han llevado las riendas de este estado en los últimos 20 años, han nadado de muertito en esta materia. Caso aparte fue la gestión de Mercedes Iturbe, aunque ésta se distinguiera más por su modelo difusionista de las bellas artes entre un grupo selecto de personas.
 
 
De todos es conocido el hecho de que el presupuesto etiquetado para cultura se va casi todo en en sueldos. Hay poco para operación. Carecemos de una Ley de Cultura y habrá que elaborar un nuevo plan de trabajo basado en la vocación del gobierno entrante, hacer diagnósticos por tema es imperativo. Mucho de lo que se hizo fue con presupuesto federal, así se pagaron montajes de muestras, becas y publicaciones. Programas como el PACMYC (apoyo a culturas municipales y comunitarias) y el PAICE (apoyo a infraestructura cultural de los estados) permitieron bajar recursos, pero como gran parte del presupuesto también se va a municipios, hubo que estirar los centavos para trabajar.

Así las cosas, no podemos dejar de comentar brevemente en este espacio que la Ketchum rindió un informe memorable por dos razones. La primera es que le puso cara y nombre a esa instancia que se llama instituto, los sujetos a los que presentó como su equipo de trabajo recibieron el crédito y antes de eso aprendieron a trabajar de manera más ejecutiva. Eso habla de los recursos humanos con los que cuenta el estado, no sólo fue una cortesía de ella el haberlos subido al escenario. La segunda razón es que nos informó a los morelenses con qué contamos para arrancar.

¿Con qué arrancamos?

La lista de lo bueno comienza con lo que heredamos de siglos atrás, me refiero al patrimonio cultural, comparable en calidad de monumentos y sitios arqueológicos con lo que tienen estados cono Puebla, el Estado de México, Yucatán y Jalisco. No son piedras, son nuestro valor diferencial, reconocido por la UNESCO por su calidad arquitectónica. Y aunque nunca he entendido bien cómo se completa la Ruta Zapata, por ejemplo, porque no hay la infraestructura necesaria de apoyo para darle servicios al turista (faltan hoteles, restaurantes, comercios, atractivos complementarios en la zona), podemos decir que adelantamos en este asunto cada vez más tomado en cuenta como materia de sustentabilidad económica en otros países.

Aunque el Centro Cultural La Vecindad está pasando por una mala época en materia de instalaciones, es justo traerlo a colación como uno de los logros de esta gestión por sus talleristas y maestros. Aquí es justo recordar que el ICM colaboró con otras instituciones dedicadas a la promoción de la cultura como la Fundación Rayuela, gestora de proyectos memorables en el estado. En el mismo rubro de educación artística y capacitación de trabajadores de la cultura hay que decir que los diplomados y cursos que se impartieron fueron un éxito probado entre promotores. De lo mejor fue, asimismo, el programa de cultura escrita con sus diversos productos editoriales y el taller “Mujer escribir cambia tu vida”, coordinado por Ethel Krauze. Otros logros son la Carreta Cinemovil con su pantalla inflable, el Festival Tamoanchán, los niños cantores del estado, la orquesta de cámara, el ballet de cámara, la Compañía de Ópera de Morelos, el Festival Miquixtli, la creación de la Comisión para el Festejo de las Conmemoraciones del Centenario y Bicentenario, la Biblioteca Vagabunda, las Salas de Lectura, los Paralibros y el programa Diversifikarte para los jóvenes.

Pero tal vez lo mejor de todo en un gobierno que ha sido cuestionado de mil maneras, es que en materia de transparencia se logró una calificación que pasó de 8 a 96%.

Desde luego que hay mucho por hacer y al gobierno entrante le tocará definir su política cultural, pero las bases están sentadas. Si el discurso del gobernador electo insiste tanto en la cultura como base del desarrollo social, si habla de orgullo por lo propio y del espacio urbano recuperado, es porque ha estudiado lo sucedido en otras ciudades del mundo y cree en la innovación. Ese será nuestro puntal de desarrollo.

Tal vez yéndonos a los números entenderemos mejor hacia dónde vamos, si es que vamos: 178 millones 637 mil pesos fue la inversión total de estos 6 años de gestión de la Ketchum. Graco Ramírez habla de 400 millones para un solo año. La suerte está echada si el ejecutivo autoriza los dineros.

Lo que he querido decir aquí, es que se trabaja el tránsito a la secretaría de cultura desde un instituto que hizo cosas. Creo que un gobierno progresista no partirá de borramientos, sino de edificaciones.

Colofón:

Contamos con 12 museos en el estado y se trabaja día y noche para que al Dr. Adame le de tiempo de inaugurar“La Tallera: Casa estudio de David Alfaro Siqueiros”, un museo que si bien le pertenece al INBA y no al ICM, terminará formando parte de la historia que se cierra. Por cierto, el proyecto arquitectónico de Frida Escobedo fue uno de los seleccionados para participar en la 13 Exposición Internacional de Arquitectura de la Bienal de Venecia, Common Ground. Ω
 
 
 

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