miércoles, 29 de junio de 2011

Gerardo Camargo: Exposición Galería-Café SIMÖN



Hace tiempo que quiero ver lo nuevo de Gerardo Camargo, un talentoso y comprometido artista plástico, a quien le tengo mucha fe porque es bien hecho, está comprometidísimo con el cumplimiento de su vocación --en una época muy difícil para quien decide vivir del arte-- y es, sobre todo, AUTÉNTICO.

¿En qué consiste lo auténtico y porqué, en vez de emplear una categoría estética relacionada con lo visual, uso un calificativo del orden de lo moral? --me pregunto, previniéndome de no caer en una defensa del arte a partir de postulados románticos--, pero de inmediato insisto en la noción del respeto a la voz propia, porque es ésta la que guía una y otra vez mis preguntas, durante la entrevista que le hago.



Lo orgánico como tema: una apuesta arriesgada que se torna decorativa

Gerardo Camargo (Ciudad de México, 3 de octubre de 1974) se ha dado a conocer en nuestro estado por ser el creador de un universo protagonizado por líneas que no tiene que ver con el mundo figurativo tal cual se ha venido representando en la historia del arte, sino con la idea de lo compulsivo. Tal propuesta cuenta con antecedentes en el mundo y en nuestro país --ahora mismo, en el Museo de Arte Moderno de la Ciudad de México hay una muestra que deja ver esta tendencia renovadora del dibujo[1]--, y a grandes rasgos podemos decir que busca explorar las posibilidades expresivas de la línea que se repite formando patrones seriales.

Sin embargo, habría que decir que Gerardo Camargo le imprime una frescura que surge de la participación activa de su cuerpo completo durante el proceso creativo; la experiencia de lo orgánico o lo vital se aclara no sólo cuando sus dibujos recuerdan intestinos y venas, sino cuando declara que: “al principio aparece un gesto, que se convierte en regla y esto mismo va estructurando la composición. Por ejemplo, ve esta pieza “10.5” (esmalte sobre lona plástica, 2011. 1.80 x 1.30 cms.), que nace de una mancha que tenía en la mano. Esta mancha medía 10.5 cms. de largo y me dio la pauta para repetir sus dimensiones una y otra vez, con la ayuda de una regla, en lona plastificada, con un plumón de esmalte. Así, de manera obsesiva, se fueron configurando las diversas áreas que recuerdan pliegues y recuadros”.

Conforme vamos platicando sobre el interés que lo habita, sobre la noción del cuerpo trabajando a su favor, me platica que hasta la respiración forma parte del cúmulo de ideas que lo inspiran: “A veces, se me olvida respirar –me dice—tuve problemas alérgicos de niño y como a los once años tuve que aprender a respirar bien. Hoy cuando dibujo, estoy consciente de que a veces mi respiración se detiene por unos instantes”.

De esta observación orgánica hay indicios en la historia de los procesos creativos; el caso de Jackson Pollock, entrando en trance a partir del gesto corporal cuando pintaba es uno de los casos más conocidos, pero también están los escritos de Siqueiros y de Joseph Beuys al respecto.

Por otra parte, el reflejo de su cuerpo en la pieza titulada “36” (esmalte sobre lona color plata, 1.80 x 1.30 CMS) me lleva a pensar no sólo en la importancia de lo vital porque 36 son los años que cuenta de vida, sino en el famoso estadio del espejo del que hablara Jacques Lacan, en esa estupenda disertación sobre el descubrimiento del yo que lleva a cabo el infante la primera vez que se observa frente al objeto reflejante. Esta es, dicen los expertos, la manera en la que se va construyendo la noción de “yo” y se vive el propio cuerpo, lo cual inevitablemente lleva a pensar en la noción de autorretrato y la insistencia de lo biográfico en la historia del arte.


Galería virtual: la importancia de lo vivido como objeto del arte

“Cola de Rata” se llama la página web en la que cuelga su obra a manera de galería virtual; la misma, nombrada a partir de la evocación de una turbadora huella mnémica (el estudio en el que trabajaba antes se infestó de ratas y tal impacto lo marcó para siempre) se abre como un universo para el espectador que busca entender qué está pasando en el arte contemporáneo y cuál es la oferta visual con la que cuenta para “decorar” los espacios que le toca habitar. Entrecomillo decorar porque estoy de acuerdo con el teórico Fernando Castro Flórez en que el arte debe recuperar el gozo visual perdido en medio de tanto “azote” declarado por los artistas en los últimos 100 años; éste grito del “yo torturado” debe dar paso ya a la pulsión de gozo animada por la masiva y complaciente cultura visual que nos toca vivir. ¿En dónde han quedado las nociones de belleza, armonía, composición¿

En la galería café “Simón”, un espacio recientemente abierto para el arte joven en la Boulevard Juárez me entero de que Gerardo invitó a la gente a dibujar en uno de los cristales del local con la idea de animar su exposición. Dicho trabajo no se terminó y como quedan tres espacios pictóricos listos para el que se anime, le prometo regresar la próxima semana y dejar mi propia impronta en este su espacio temporal.


Técnicas alternativas

Fascinado con la tecnología, Camargo decidió mandar grabar con láser una serie de dibujos abstractos de pequeño formato y el resultado es espectacular. Colgados allí mismo, los cuadritos enmarcados en blanco son muestra viviente de elegancia y creatividad y en su contundencia responden a la pregunta final que me hago sobre la posible presencia del llamado “accidente controlado” en su trabajo. Tal accidente no puede existir --me digo--, a pesar de la libertad manifiesta en la elección del tema que ha elegido como asunto principal: Gerardo le dio al clavo una vez más con esta serie de dibujos pensados para el disfrute del objeto sobre la pared. Son una delicia y por ello pondré uno o dos sobre mi escritorio de inmediato. Ω

Publicado Diario de Morelos 29 de junio de 2011
http://www.diariodemorelos.com/index.php?option=com_content&task=view&id=90580&Itemid=68

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