miércoles, 29 de junio de 2011

Abrazo



No dejo de pensar en el abrazo que se dieran ayer Calderón y Sicilia como si se tratara de la reformulación mediática y posmoderna de aquella pintura de Jorge González Camarena titulada precisamente “El Abrazo”. En dicho óleo (que es versión de caballete del mural que pintara para el Castillo de Chapultepec en 1960), aparecen un Caballero Águila y un hombre dentro de una armadura enfrentándose fatalmente. Resulta que el acercamiento de los cuerpos deja de ser el gesto amoroso que caracteriza el saludo entre los humanos porque las lanzas que ambos portan atraviesan sus cuerpos. La muerte es inminente en esta obra maestra del arte mexicano.

Tanto en la pintura como en la fotografía que apareció en las primeras planas de los diarios de este viernes, la metáfora visual es sumamente elocuente: el choque de ambas cosmovisiones es frontal; conquistado y conquistador o poeta y mandatario apuestan hasta el corazón en la lucha por hacer prevalecer sus discursos. Son dos pasiones diferentísimas las que los mueven a actuar; los actores van al des-encuentro en un escenario iluminado por fuego. La centrada composición se acentúa porque el desastre enmarca estrambóticamente las siluetas.

Quisiera pensar que las cosas van a cambiar estando el poeta en la palestra. Tenemos puesta la fe en el que sabe pensar y hablar como si se tratara de un padre; confiamos en el que pudiera hacer que LA PALABRA coincidiera con la realidad. Durante años he querido pensar que la figura del artista idealizado, del poeta romántico sirve para algo en el México banalizado que nos toca sufrir. No obstante, lo que escucho hoy es que mientras uno habla de silencios y hace referencias culturales, el otro hace gala de batallas frontales contra el crimen organizado y pide perdón por las miles de víctimas que han pasado a formar parte de una lista interminable de muertes inútiles.

En el maremágnum de imágenes en el que nos movemos, son pocas las oportunidades que tenemos de presenciar con tanta elocuencia visual lo que nos está sucediendo. La fotografía presenta a un Calderón que mira para abajo, mientras Sicilia lo abraza como queriendo protegerlo. El que viste de traje se evade; el otro, vestido de intelectual alza el micrófono para hacerse escuchar en un idioma hablado en voz baja. La palabra y la cosa no coinciden. Nunca han coincidido. La frustración del ser humano viene de que lejos de acercarnos a nuestros ideales colectivos, nos alejamos por darle gusto al instinto. Como en la pintura del jalisciense, la pulsión de muerte nos invade. Ω

Publicado en La Jornada Morelos 26 de junio de 2011
www.jornadamorelos.com/2011/06/26/cultura.php

2 comentarios:

  1. Hola: Me gusta el texto y la interpretación. A mí me había sugerido algo distinto ese abrazo, quizá menos confrontación y más conciliación, lo cual me dejaba perpleja. En lo personal, creo que ni confrontación ni conciliación son tan extremas. Que la posición del perdón lleva las cosas a un ámbito moral que dificulta la solución real de las cosas y un planteamiento serio para la nación como tal.
    De cualquier modo, me hubiera encantado ver ambas imágenes ¿será posible aún subirla la pintura de González Camarena?
    saludos y gracias
    Diana

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