jueves, 16 de junio de 2011

Notitas para pensar a Artemisia Gentileschi en el mundo actual


Según estudios publicados por Linda Nochlin, Griselda Pollock, Whitney Chadwick y Frances Borzello (feministas destacadas de los años setenta), las pintoras no sólo fueron olvidadas por la historia del arte hasta el siglo XIX, sino que hubo momentos en los que se les presentaba como fenómenos, como le sucedió a Sofonisba Anguisola (Cremona, hacia 1532 - Palermo, 1625).
Se cree que el estudio de la H. A. es neutro, no amañado y que se da de la siguiente manera: los maestros les enseñan a los --y las discípulas-- y así éstos adquieren, poco a poco, la maestría para recibir el merecido reconocimiento y el encargo, sólo que no se menciona que las mujeres no pasaban casi nunca de discípulas y que aparecen como anónimas modelos en miles de cuadros porque eran un objeto más del mundo representable. Además, cuando lograban llegar al estudio del maestro para aprender, no se les dejaba hacerlo con modelo en vivo, no se les dejaba mirar el cuerpo del hombre desnudo.
Como se pudo ver en la película dedicada a Artemisia Gentileschi (dirigida por Agnés Merlet y protagonizada por Valentina Cervi) hace unos días, a la mujer le costó sangre destacarse como una profesional del arte. En su caso, y después de los tristes acontecimientos ocurridos a su persona por la falta de tacto de su padre, el pintor Orazio Gentileschi, y la vileza de Agostino Tassi, su maestro de perspectiva, ella tuvo que luchar desmedidamente para hacerse un lugar entre sus colegas y lo hizo tan bien, que terminó pintando para la corte en la Inglaterra del siglo XVII. Muchas de sus obras fueron atribuidas en su tiempo a su padre y hoy se encuentran exhibidas en varios de los museos más prestigiados del mundo. Su estilo caravaggiesco, manierista-barroco es motivo de admiraciones y su Judith decapitando a Holofernes es inolvidable por la dureza de la escena.

Lo cierto es que siendo la calidad de los trabajos la misma que la de los maestros, la historia nos ha dado sólo un puñado de nombres de mujeres a recordar. Además, notemos otra cosa: la identidad no se nota en las obras de arte: si el ser salida de manos de mujer significara que el asunto “se nota femenino”, tal vez implicaría menos calidad por ser cosa de minorías, pero no es así. No sabemos frente a una obra exhibida si ha salido de manos de mujer o de varón, salvo en los casos en los que el contenido es evidentemente feminista, y esto sólo se dio en el siglo XX.
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La pintura de Frida Kahlo titulada “Unos cuantos piquetitos”, dice Raquel Tibol, es metáfora de la violencia sufrida contra la mujer a través de la historia. El caso de Artemisia Gentileschi (Roma, 8 de julio de 1593 - Nápoles, hacia 1654) y el mismo hecho de que actualmente en el mercado del arte se vendan las obras de mujeres más baratas que las de los varones, prueban lo dicho.
Pero tal vez sea lo dicho por Leonel López Nussa, pintor y escritor cubano la muestra más repelente de la estupidez machista. Lo cito para que usted termine de leer, con cara de asombro, este artículo: “Si hay algo opuesto a la naturaleza femenina es el dibujo. Las niñas dibujan, pero las niñas no son mujeres. Las mujeres son objeto del dibujo, no sujeto. Cuando la mujer dibuja, se masculiniza. El dibujo es macho, demasiado incorpóreo para interesar a la hembra”. (El Dibujo, Ediciones Revolución, Cuba, 1963) ¿Cómo la ve? Ω

Publicado en El Diario de Morelos 15 de junio de 2011

http://www.diariodemorelos.com/index.php?option=com_content&task=view&id=90077&Itemid=68

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