Emociones o pulsiones, sentimientos o sensaciones y por supuesto ideas de diversa índole, es lo que a vuelta de espátula y pincel nos devuelven las obras artísticas, cada una de ellas destacando siempre más un aspecto que el otro. Sin embargo, ¿que pasa cuando un artista vive intensamente y se ve afectado de igual modo por lo sensual, lo religioso y lo erótico ?, ¿Se ve alterado el estado psicológico del artista hiper - hiper sensible? Probablemente sí y de seguro que su obra resultará para el espectador que la sepa apreciar, terriblemente conmovedora.
Manuel González Serrano nació en Lagos de Moreno, Jalisco en 1917 y fue un pintor iluminado por la locura y la genialidad. Se crió en una familia de gente adinerada y culta que poco después y por diversas razones perdió las circunstancias de vida que la mantenían en los límites de la estabilidad. Esto dejó terribles huellas en el pintor en ciernes y años después éstas florecieron en cada una de sus obras.
Por otro lado, González Serrano demostró siempre facultades para la factura de una pintura que no encajaba en los parámetros de lo que se aceptaba sin trabas en aquellos días ; su madre lo enseñó a pintar a temprana edad y su obra, de impecable factura se vertió cada vez más por los caminos de la confesión personal. Para ello, se apoyó en el lenguaje del surrealismo y la Pintura Metafísica, y empleó asimismo algunos de los formalismos de la Escuela Mexicana de Pintura. Por ello se entiende que González Serrano fue un hombre culto y muy inteligente.
Siendo muy joven se trasladó a la ciudad de México, en donde entró en contacto con la obra y las ideas de otros artistas y definió la vocación que lo guiaría por los caminos del arte a pesar de sí mismo. Empezó a exponer su obra en la década de los cuarenta y gozó por su manufactura y originalidad de relativo éxito, aunque sobre todo recibió la estima de los artistas más avant garde y de la crítica más progresista del momento. No obstante, su personalidad un tanto conflictiva y su estado de salud en constante sube y baja, motivaron que su carrera mostrara ciertos tropezones - estuvo varias veces internado -, cosa que de todas maneras no impidió que el joven y guapo artista continuara por el camino que según él tenía marcado.
Dentro de su producción pictórica destacan los múltiples autorretratos que se hizo con el ánimo de demostrar más que nada sus estados de ánimo y que se vierten en dos modos de representación, a saber, los Divinos Rostros - él decía “yo he sufrido más que Cristo” - y los autorretratos de busto denominados psicológicos. En ambos casos, González Serrano plasmó composiciones fuera de serie : mezcló representaciones temporales, construyó de manera obsesiva o empleó iconografías provenientes de la historia religiosa -San Sebastián, Adán y Eva- o clásica.
Otra de las manifestaciones pictóricas que destacan su trabajo por encima de los demás se refiere la antropomorfización que hacía de la naturaleza, al erotismo constante en sus obras y a la composición de sus bodegones y paisajes, pues a diferencia de la mayoría de sus congéneres él pintaba ambos temas dándoles la misma importancia, abriendo ventanas al fondo de los frutos y objetos del primer plano como para dejarnos sentir la diferencia que existe entre el mundo interno y externo. Sus paisajes se caracterizan por la desolación y los celajes intensamente atemporales y azules.
Su nana Atanasia, a quien todos llamaban cariñosamente Tata fue quien más cerca estuvo de él a lo largo de su vida y de ella se conservan dos estupendos retratos. Sus dos matrimonios fueron efímeros y no dejó descendencia.
González Serrano vivió solamente cuarenta y tres años de edad y podemos decir que su obra es en general el grito desesperado del hombre del siglo XX, atormentado por sus monólogos interiores y sus angustias existenciales.
El Consejo Nacional para la Cultura y las Artes acaba de publicar un libro en su serie Círculo de Arte dedicado a éste notable pintor mexicano y próximamente se abrirá una retrospectiva con su obra en el Palacio de Bellas Artes. Æ
Por : María Helena González de Noval
novalmariahelena@gmail.com
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