Confieso que desde niña he sido preguntona, que la
curiosidad me impulsa a hablar con media humanidad y que la gula intelectual es
una de mis debilidades más persistentes: me encanta saber cosas. ¿Es esto lo
que me convirtió en periodista?
Confieso que encontrarme con imágenes inéditas me produce un
enorme placer y que las palabras bien puestas sobre el papel me conmueven
mucho. ¿Es esto lo que me convirtió en periodista?
Confieso que frecuentemente me da algo parecido al Síndrome
de Stendhal, caracterizado por la vivencia de una emoción extrema frente a la
obra de arte. ¿Ese estado orgánico lo que me convirtió en periodista?
Confieso que lo novedoso me seduce y que me encanta darle de
vueltas al fenómeno de lo visual, tratando de deslindar qué es arte y qué no lo
es. ¿Es esto lo que me convirtió en periodista?
Confieso que el teclado me toma de las manos y no me suelta
hasta que ambos sentimos que hemos declarado algo que le hacía falta al mundo
escrito. ¿Es esto lo que me convirtió en periodista?
…
…
A casi 20 años de mi primer artículo publicado en Excélsior,
no acabo de responder qué es lo que me ha llevado, semana tras semana, a
cumplir con las entregas en tiempo y forma, a las diversas redacciones que han
tenido fe en mí. El hecho de satisfacer, en alguna medida, la demanda de una
“historia del arte escrita” del Estado de Morelos me compromete de una manera
especial, porque en esta entidad no acaba uno de enfrentarse con un artista
valioso, cuando la sorpresa de otra obra viene a despertar las ganas de la
siguiente reflexión, las ansias de contagiar el asombro.
Escribir sobre arte, una labor que incluye la solicitud del
creador, la lectura del boletín de prensa, la elaboración de la entrevista, la
asistencia a la inauguración de la muestra y la premura del cierre de edición
no es fácil; y no lo es no sólo por las presiones propias del oficio, sino
porque en términos de lectoría, esta nota especializada pierde frente al
comentario deportivo, el editorial político, la nota sobre espectáculos. Su
provecho no se reconoce a las claras y esto duele. No hablemos ya de lo
económico, porque hoy no se trata de llorar, sino de pensar el oficio que hoy
se torna labor de altura mediante su elevación al grado de profesión, arte
liberal venida de antaño.
…
Si bien es cierto que no es la crítica lo que hace vivir al
arte, sí es cierto que ante la abrumadora oferta de obras existentes, este tipo
de textos ofrece la posibilidad de ayudar en la selección de lo que vale la
pena ver. Considerado género híbrido,
entre lo académico, lo literario y lo periodístico, este editorial
especializado brinda luz a la vida cultural. Al enlistar valores éticos,
estéticos, simbólicos, formales y materiales de la obra de arte y otros
fenómenos culturales, el lector entiende más fácilmente el espíritu de su
época.
Pero como he venido confesando, este trabajo es en primera instancia íntimo: ¿Qué mueve, qué toca, en dónde me identifico con el creador?- es la primera cuestión que uno de hace frente al objeto en turno. Se trata, antes que nada, de acallar la conmoción que invade el sistema. Quienes creen que se trata de pura racionalidad y teoría lo que inspira al periodista cultural, se equivocan. Con esto se decora, no se construye un discurso amoroso.
Pero como he venido confesando, este trabajo es en primera instancia íntimo: ¿Qué mueve, qué toca, en dónde me identifico con el creador?- es la primera cuestión que uno de hace frente al objeto en turno. Se trata, antes que nada, de acallar la conmoción que invade el sistema. Quienes creen que se trata de pura racionalidad y teoría lo que inspira al periodista cultural, se equivocan. Con esto se decora, no se construye un discurso amoroso.
Escribir sobre arte es una manera de sanar frente al asombro
–a veces casi doloroso- de la inagotable
creatividad humana, del descubrimiento del alma, del lenguaje revisitado, de la
poética de las cosas del mundo.
A dos días de titularme como licenciada en periodismo, junto
con otros colegas --varios de ellos de esta casa--, tecleo este texto
confesional que quiere ser modesto, para explicar el contento que me provoca la
labor periódica reconocida: de golpe me encuentro entre colegas, me sé parte de
un mundo en el que era solo una invitada, me veo periodista y eso me hace
feliz. Gracias APECOMOR, FAPERMEX y
SEP. Ω
María Helena Noval
María Helena Noval
Twitter: @helenanoval
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