miércoles, 16 de mayo de 2012

Día de los Museos: ¿también en Morelos?

Para el promotor y artista plástico Alejandro Quijano

Se celebra este 18 de mayo el Día Internacional de los Museos en gran parte del mundo; se conmemora, evidentemente la existencia de estas "bodegas" del hacer y del saber humano y se preparan visitas especiales, fiestas y discursos de reconocimiento a donadores y estudiosos. (¿De qué otra manera se puede celebrar la existencia de los objetos, si no es a través del culto a la personalidad de sus creadores?)


En Morelos no habrá rebumbio al respecto; la falta de presupuesto tiene la culpa, pero los tiempos políticos también hacen lo suyo en esto de opacar más la vida cultural de un estado que vive moral de guerra.


Ni tanto que queme al santo...

Acabo de leer un artículo incendiario escrito por el señor Fernando Buen Abad, publicado en la Revista Pantagruélica (Cfr. revistapantagruelica.com / Demagogia de Museos: las obras de caridad educativa) que plantea algunos asuntos que bien vale la pena traer a colación, porque parte de la suposición de que los museos no sirven para ennoblecer a la gente. "Los museos sólo son exitosos en la vendimia de glamour y en la verbena de las donaciones y los financiamientos. Visitar un museo no necesariamente significa conocer el arte, la ciencia o el saber en general. No siempre implica 'admirar' obras de arte, ni tener, verdaderamente, experiencias interactivas, entretenidas, divertidas e ilustrativas, ni para chicos ni para grandes. La oferta cultural burguesa que ofrecen casi todos los Museos es una coartada ideológica plagada con demagogia y marginación. Da lo mismo si se trata de exposiciones con objetos artesanales, fotografías, arte contemporáneo o colecciones variopintas de todo el mundo. El objeto es auto-complacerse y complacer a sus convencidos". Cierro aquí la cita, no sin apuntar, que el artículo de marras no deja de oírse como una lectura marxista, de esas de "catálogo" de la historia del arte, con algunos aciertos que debemos escuchar quienes vemos en la existencia de estos sitios muchas más ventajas que desventajas.



El señor Buen Abad acierta en señalar que el mercado del arte y el mundo de los negocios culturales es hoy por hoy la ingeniería detrás del hacer museístico y truena contra la hipocresía de quienes saturan sus agendas de compromisos políticos antes de pensar en la expansión o el contagio de valores como la belleza y la verdad. Tiene razón cuando se queja de que "la palabrería culturosa poco tiene que ver con la realidad educativa y las necesidades de memoria crítica de los pueblos", sin embargo creo que está dejando de ver la realidad concreta de nuestro país. Convendría recordar que las condiciones sociales de los pueblos divergen y que no es lo mismo acudir a un museo de marca, como el Guggenheim, que a un museo en el que los contenidos giran en torno a la historia de la localidad; que no es lo mismo ir a una pinacoteca especializada en miniaturas, que a un museo que exhiba lo mejor del arte popular. Unos y otros presentan, o mejor dicho representan contenidos que difieren en intenciones. Unos inflan el valor de sus colecciones, mientras que otros cumplen (en algunos casos mediocremente, en otros exitosamente) con la instauración de la noción de identidad y pertenencia que tanta falta nos hace en estos momentos a los mexicanos. Las vocaciones de los museos sí, a veces responden a sofisticaciones e intereses creados, pero eso no descarta el hecho de que el espectador todavía se conmueve frente a la belleza y de que no conocemos otro medio, más que la historia re-presentada, para prevenir, revertir o sanar en algo el daño de un ambiente violento.


Museos en Morelos: ¿vale la pena uno más?



El mundo ha sufrido una serie de grandes transformaciones, este dinamismo ha debilitado la sensibilidad del individuo, la captación de la vida por el arte que viene a ser la obra humana encargada de expresar los sueños, los ideales, las carencias, los deseos del hombre.
En este momento desde la educación escolar, no le estamos aportando a los individuos medios para la introspección. Lo material o los conocimientos promovidos como los agentes de cambio social, no sirven si no se le mete el "nosotros", la noción del otro al sujeto. Tal es la función del arte y el arte se preserva en los museos.
Cuando el niño cuando juega, desarrolla redes neuronales importantes, cuando el hombre se plantea las ideas de belleza y verdad, cuando se asombra frente a la destreza manual o la originalidad de una idea, está asimismo transformando su ser.
Las campañas electorales que estamos viviendo en nuestro estado --no hay manera de no vivirlas, por más que queramos huir de ellas, nos salen al paso en cualquier rincón--, plantean como uno de los puntos de su agenda, como una promesa salvadora, la construcción de un museo más. La idea se la escuchamos antes que a nadie y obedeciendo a un diagnóstico de lo que sucede locamente, al candidato de las izquierdas, pues como todos sabemos, su esposa cuenta con la experiencia suficiente en el ramo cultural (se desempeñó como directora de cultura del DDF los últimos 6 años). Ella está convencida de que los museos bien manejados pueden convertirse en verdaderos agentes de cambio social.
Como dije, otros candidatos se apropiaron ya de la propuesta graquista y sin habérseles escuchado cómo, por qué, de dónde ni qué vocación tendría el citado museo, indican que esa sería su carta mayor hablando del área cultural que por fuerza también les tocaría dirigir, arreglar, manejar...¿batear?
En este brete museístico, a nadie se le ha ocurrido hablar del mero "tuétano" del asunto, me refiero al acervo, lo museable. Estaremos atentos al desarrollo de la campaña graquista-elenista para tratar de entender de qué manera planean que nuestra entidad federativa vaya resolviendo el déficit en materia de desarrollo social. Por ahí se vislumbra un respiro.

Maria Helena Noval

No hay comentarios:

Publicar un comentario