Para mi amigo y maestro Eduardo Cruz
Vázquez
1.
El tema del paquete económico para 2017 presenta incertidumbres que acabarán de
resolverse por ahí del 15 de noviembre. Quienes volteamos a ver el presupuesto
de egresos en función de las crecientes necesidades de cada sector de la
compleja economía nacional, estamos conscientes de que las sociedades del
mundo globalizado problematizan la toma de decisiones con respecto al
apoyo que debe dar el gobierno. Por supuesto, se piensa que debe haber un
incremento del gasto público en materia de inversiones productivas, pero
también sabemos que los dineros nunca serán suficientes y menos para el sector
cultura, porque tradicionalmente éste se ha puesto al final en la lista de las
prioridades de los gobernantes de este país.
Es decir, anunciados en las últimas semanas los recortes para el ramo, se
espera con ansiedad que se diga qué va a suceder con los 32 millones que
recibían los estados para tales efectos. De la indignación ante el recorte del
presupuesto, las negociaciones y los cabildeos que se han venido dando se
piensa que algo se recuperará. Una vez discutido el presupuesto de ingresos se
hará lo propio con el de egresos y se sabrá qué sucede con la cultura mexicana,
a la que por lo menos se le sigue viendo como una de nuestras mejores cartas de
presentación ante el mundo.
2.
Como resultado de las reformas estructurales y el Pacto por México se ha venido
proponiendo que se debe alentar la inversión privada en varios sectores y la
cultura es uno de ellos. Hemos visto como en años recientes crece el interés
del tercer sector, de la sociedad civil, en el asunto y el esquema mixto de
inversiones público-privadas ha dado resultados tan interesantes como el Museo
Barroco en Puebla (aunque la deuda pública de este estado sea inédita y vaya
usted a saber cómo termine el asunto). En esta participación del tercer sector
influye el hecho de que hay una consciencia cada vez mayor de lo que significa
la educación vinculada a la ética que nace del análisis y el aprovechamiento de
las obras de arte, pero también el conocimiento de que bien manejados, los
productos culturales pueden generar ingresos y no sólo me refiero a las artes
que se asimilan como entretenimiento de calidad (espectáculos), sino a las
artes, artesanías y el diseño, resultado de la generación de empresas
culturales pensadas como tales.
3.
A lo que voy es a que desanima pensar que los recursos públicos asignados al
sector cultural serán recortados una vez más, pero también al hecho de que
pudieran proponerse esquemas que de manera paralela fomenten el crecimiento de
la economía cultural. Los incentivos fiscales para promover los mecenazgos funcionan
en países como Estados Unidos y esto podría darse en nuestro país también. Por
otro lado, están las fundaciones privadas dedicadas al fomento de la cultura,
mismas que si trabajan con la creatividad y la certeza jurídica necesarias,
podrán seguirse posicionando como formas exitosas del mecenazgo moderno.
Como miembro de la sociedad civil y teniendo a mi cargo la gestión de recursos
para una fundación dedicada al fomento de la cultura y las artes, estoy
consciente, hoy más que nunca, de la competencia que se dará en las próximas
semanas, entre los miles de asuntos presentados en la Cámara de Diputados para
ser analizados por la Comisión de Cultura.
4.
Hace unos días, en San Lázaro, fui testigo, junto con el siempre talentoso y
trabajador Arquitecto Gerardo Palma, de cómo la gente se dispone a hacer la
interminable fila con sus proyectos en mano -qué digo en mano, en pesadas cajas
de cartón transportadas en "diablitos"- para presentarlos
físicamente, debido a que el sistema en línea se satura frecuentemente y no
funciona con la perfección esperada. Procedentes del interior de la República,
allí vimos a muchos paisanos dispuestos a defender sus propuestas y mostrar el
material probatorio de gestiones anteriores, además de los presupuestos y
documentos legales que acreditan la capacidad para ser unidades administrativas
donatarias.
No es difícil imaginar el escenario como un mercado sui generis, en donde cada
postor debe mostrar no sólo una capacidad discursiva comparable a la del
merolico, (ya quisiéramos todos el talento del jovencito
mercadólogo-vendedor-de-empanadas-acapulqueño que se viralizó días atrás en las
redes sociales), sino el conocimiento del universo cultural de un país tan
ávido de apoyos para la cultura de la que tanto se habla, pero no se apoya.
¿Qué sigue? Después de entregados los proyectos, ya con los folios en la mano y
cansados de tanto arrastrar el lápiz, lo que queda es esperar la respuesta de
la divina providencia, a la que le rogamos por el tan necesario recurso quienes
nos empeñamos en que no todo debe hacerse por amor al arte. ¿Hasta cuándo la
cultura se seguirá dando vinculada al milagro en este país? FIN
Articulo publicado en: https://www.diariodemorelos.com/noticias/vas-ver-recursos-para-cultura-%C2%BFun-tema-para-la-providencia-divina
Por: María Helena Noval
helenanoval@yahoo.com
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