Para mi querida amiga Alicia
Zendejas única en el mundo literario nacional, fallecida la semana pasada en
esta ciudad.
1.
El próximo sábado 7 de mayo
se inauguran dos muestras artísticas en el centro cultural más icónico de
nuestra ciudad, me refiero al Jardín Borda; el mismo está siendo restaurado
desde hace semanas y presenta un aspecto que no acabaremos de entender los
morelenses hasta que alguien experto en materia de restauración arquitectónica
nos venga a explicar de qué manera las calas efectuadas en los muros han
dictado que se coloreen los muros como se está haciendo. Pero en fin, esa es
una historia que se irá revelando con el paso del tiempo, lo que nos ocupa
ahora es la idea de contraste entre estilos artísticos que se propone desde la
Secretaría de Cultura del estado, porque en los meses por venir veremos dos
muestras muy opuestas en intenciones.
La primera, dedicada a la
obra de un artista reconocido, activo en nuestro país durante la primera mitad
del siglo XX, Adolfo (Fito) Best Maugard (1891-1965), la segunda dedicada a la
obra de Jaime Colín, joven que reside y trabaja en nuestro estado desde hace
más de 15 años. Colín es muy conocido
por quienes estamos interesados en el talento local debido a la poética de sus
composiciones tendientes a la obsesión y el dibujo minucioso hecho a partir de
recortes de papel.
2.
En el caso de la muestra de
Best Maugard, la idea del curador es dar a conocer por primera vez la obra
europea de tono clasicista realizada por el artista: de las 143 piezas
exhibidas, gran parte proviene de una sola colección con ese perfil y sin ella
no habría podido mostrarse esta faceta de quien también fuera cineasta,
escritor, funcionario cultural y escenógrafo.
El autor es importante
porque impulsó junto con José Vasconcelos una política cultural desde la
Secretaría de Educación que le tocó dirigir a éste en la década de los años
veinte. Siendo jefe del Departamento de Educación Artística, Fito Best promovió
un manual de dibujo que influyó casi 10 años en las escuelas y normales del
país. El creador decía que con base en siete líneas primarias se podía
construir cualquier composición figurativa. Estas líneas o “elementos”
primarios tenían como parámetros la recta, el círculo, el medio círculo, la
línea ondulada, la ¨s”, el zigzag y la espiral (de ahí el subtítulo de la
exposición: ¨La espiral del arte¨”). El método lo asimilaron algunos colegas
que debían evitar encimar o cruzar los trazos (menos la recta) entre otras
instrucciones básicas. Influido por Manuel Gamio, el creador se había acercado
a las culturas precolombinas como modelo y aunque este ejercicio fue suprimido
de la enseñanza escolar, sigue influyendo ocasionalmente en el diseño gráfico y
en alguna curaduría dedicada a obras infantiles, como la que se presentó en la
Pinacoteca de Nuevo León en 2010. []
3.
Por su parte Jaime Colín
presenta “Horizonte deconstruido” en el área dedicada a la experimentación, es
decir, el Jardín de las Rosas del Borda (en lo que fuera la llamada casita del
jardinero). Se trata de 31 módulos que nacen de fotografías de paisajes impresas
para el mundo editorial; el proceso creativo incluye la deconstrucción de éstas
imágenes originales (un panorama idílico) -como sucede en los bosques
actualmente- para luego reconstruirlos formando una gran imagen naturalista. El creador de 36 años imparte la materia de
Procesos y Materiales en el CMA y es ampliamente conocido en el mundo cultural
por su especial aportación al mundo gráfico.
3.
¿Y qué ha sucedido con la
escultura del General Morelos?
Con asombro, por la
explicación inverosímil que se da, leo en el periódico Reforma de este domingo
que a varias esculturas de bronce ubicadas en la Ciudad de México les robaron
en diferentes fechas las armas que portaban como símbolos de su actuar heroico.
Lo sorprendente es que se diga que el valor económico del metal es el motivo
del hurto, siendo que el acto tiene más de vil vandalismo que de otra cosa.
Ello nos recuerda el vacío
que dejara la destrucción del monumento dedicado al General Morelos, ubicado en
el KM 48.600 de la carretera federal México-Cuernavaca hace casi tres años. La
explicación aquellos días fue la misma: una manifestación de barbarismo con
fines de lucro; no obstante, el sitio sigue desolado, sin proveer la identidad
que confiriera la pieza artística a nuestro estado por razones de los hechos
históricos que todos conocemos y que se celebran este día, 2 de mayo con el
desfile dedicado al Rompimiento del Sitio de Cuautla.
Por cierto, resulta difícil
encontrar el nombre del poblano Ernesto Tamariz, autor de la pieza destruida en
los artículos periodísticos que dan cuenta de la desaparición de la misma. Como
siempre, suele olvidarse el aspecto cultural de la vida urbana en favor de la
nota roja.
Articulo publicado en:
María Helena Noval
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