lunes, 2 de octubre de 2017

Vas a ver: Patrimonio Cultural Morelense: ¿Cómo leer las afectaciones?


1.El Patrimonio Cultural es un recurso invaluable para el imaginario colectivo y si uno se pone a investigar, resulta que éste le pertenece a todos, no a determinados  pueblos. Es decir, el asunto va más allá de los límites geográficos y políticos, o los intereses monetarios vinculados al tan de moda Turismo Cultural.

Después del sismo del 19 de septiembre y las lluvias que se han presentado casi a diario en este estado desde hace semanas, nuestro patrimonio cultural se vio terriblemente afectado. Los daños aún son incuantificables, yendo de la fractura menor al derrumbe total, pasando por el crimen que personas no identificadas cometieron al demoler la Capilla de San Nicolás Tolentino, de Tetelcingo, Cuautla, sin peritaje de por medio, o permiso del INAH. ¿Por qué? Porque el caos y el desconocimiento de la materia hizo que los implicados se pasaran por alto el Artículo 52 de la Ley Federal de Monumentos y Zonas Arqueológicas, Artísticas e Históricas.

2.Los bienes afectados en nuestro estado van del siglo XVI al XX y en general se piensa que los daños se refieren a las Rutas de los Conventos y las Haciendas, pero desgraciadamente también la arquitectura vernácula y civil está muy dañada, en este rubro entran los cuexcomates y las casas de adobe, pero también el Acueducto Monumental de Pazulco, de casi 80 metros de altura, que difícilmente podrá recuperarse.

Sin haber hasta el momento, por la dimensión de las afectaciones, un censo puntual, podemos inferir que el patrimonio cultural del estado pasará a ser materia de estudio en  libros (por suerte la UAEM publicó 8 tomos al respecto hace unos tres años). Pero como además no hay municipio en el que no haya habido daños, ya sea por el cataclismo natural, o porque los rateros han aprovechado para robarse obras artísticas barrocas o neoclásicas, el asunto es también de índole legal.

3.Platico con mi amigo Fernando Hidalgo, quien conoce muy bien los 33 municipios del estado y me cuenta que el medallón gótico de Yecapixtla y las construcciones religiosas de Tepalcingo, Jiutepec y Jantetelco están devastados. Comentamos que en Cuernavaca la bóveda de la catedral se dañó y la iglesia de Gualupita, está craquelada e inclinándose hacia el Museo de Arte Indígena Contemporáneo. Nos da mucha tristeza que el Centro Morelense de las Artes haya sido evacuado y el Antiguo Hotel Moctezuma, el torreón del Palacio de Cortés y el edificio 1 de la UAEM estén sumamente dañados, o hayan pasado a mejor vida.

Por otro lado, la barda del Borda que da a la Avenida Álvaro Obregón, reblandecida a raíz de la modificación botánica que se realizó hace meses, terminó en el suelo, cosa que problematiza la labor de la secretaria del ramo, que  por el momento atiende (no es crítica, se entiende que no se puede con todo) a la población de diversos municipios dañados enviándoles brigadas que buscan el esparcimiento y el fomento a la creatividad.

4.Hace unos días se publicó en el periódico Reforma una nota que menciona una reunión entre gente de la secretaría de gobierno estatal y especialistas de la Coordinación de Asuntos Humanitarios de la UNESCO (http//refor.maGe-cafhLU);  pero a la misma no acudió nadie del Comité Nacional Mexicano del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios de la UNESCO (ICOMOS), la organización más destacada en materia de protección del patrimonio cultural y tampoco se invitó a nadie del Instituto de Cultura de Cuernavaca, el Consejo Municipal para la Cultura y las Artes, o el Consejo de Cronistas, agrupaciones integrados por personas directamente interesadas en saber qué monumentos requieren intervención en los niveles que marcan las regulaciones internacionales, me refiero a apuntalamiento, conservación o restauración.

En todo este proceso hay que tomar en cuenta también el FONDEN, que es el Fondo de Desastres Naturales, cuyo manejo deberá operarse idealmente desligado del Congreso de la Unión, buscando que la sociedad civil supervise que haya máxima transparencia en la aplicación de los recursos. Además y como dice el especialista Eduardo Cruz Vázquez, urge crear un Fondo para Desastres Culturales. 

5.Platicando del asunto que nos atañe con la Dra. Graciela Mota, presidenta del ICOMOS de la UNESCO me entero de que este organismo trabaja con 28 comités científicos desde 1972 y que los 193 países afiliados están obligados a cumplir lo que se establece en las convenciones internacionales a las que asisten sus representantes, uno de ellos y muy destacado México, antecedente directo de la Carta de Venecia.

Añade la Dra. Mota que 2017 es el año del Turismo Sostenible, noción que deberá sustituir en la mente de todos la de Turismo Cultural, porque éste es masivo y mal manejado genera deterioro de los inmuebles, sitios y ciudades patrimonio.

De los 11 estados de la República en donde ICOMOS detecta daños, son Morelos Chiapas y Oaxaca (junto con la zona mixteca de Puebla) los más afectados en sus bienes patrimoniales y la reglamentación indica que deberá haber coordinación con el INAH para comenzar el censo y la recuperación de los bienes en la medida de lo posible. Pero hasta el momento no se ha dado el trabajo coordinado de manera ideal, cosa que se dificulta porque en Morelos no hay delegación del ICOMOS (aunque sí destacados miembros, como Fernando Hidalgo, Celia Montalvo, Adalberto Ríos Salay y Juan Antonio Siller).

Vistas las cosas así, querido lector, las instrucciones para leer las afectaciones comienzan con exigirle a las autoridades un inventario de los bienes dañados para luego pasar a apoyar en la recuperación, o en su defecto, llorar lo perdido porque con el derrumbe físico vendrán el desplome de la memoria, la identidad y la pertenencia a un lugar que bien o mal nos ha enorgullecido a nosotros y a nuestros antepasados. FIN


Por: María Helena González López

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