martes, 25 de mayo de 2010
Marianela de la Hoz: ¿Hacia la revaloración de la pintura metafísica?
Escribió Giorgio de Chirico, en 1913 , que para perdurar en el tiempo, una obra de arte debe sortear los límites humanos; que una vez rotas las barreras de la lógica y del sentido común, la obra alcanza los territorios de la visión infantil y del sueño, superando fórmulas y lugares comunes. Agrega que el artista logra su visión más eficaz cuando cierra los ojos.
La afirmación echa por tierra la noción renacentista del cuadro como ventana, y hace concurrir a la consideración del espectador la posibilidad de una realidad más allá de lo concreto o de lo anecdótico; de Chirico hablaba de una realidad metafísica. Jung habría hablado de arquetipos, de valores universales.
Hago este preámbulo porque me parece que las más recientes pinturas de Marianela de la Hoz (México, DF, 1956) se dirigen decididamente a la exploración de ambientes y temas metafísicos, de asuntos tan complejos y universales como pueden serlo la soledad, el desamor, el paso del tiempo o el miedo a la muerte, sin atreverse a abandonar del todo las preocupaciones que antes la han llevado a crear: el cuerpo, la identidad y la sexualidad de la mujer del siglo XX.
Si ya antes la pintora nos había cautivado por su aplicación impecable y amorosa del temple sobre tabla , revelándonos que la pintura actual puede poblarse de exquisiteces, ahora, nos lleva de la mano por el mundo de las interpretaciones polifónicas aprovechando un recurso con el que viene trabajando de una década atrás, me refiero a la interconexión entre la palabra y la imagen. En esta ocasión, recurre una vez más a los textos y las reflexiones del escritor Juan Trigos, cuyas frases suele transcribir amorosamente en letra cursiva y en blanco matizado
Su especialísima facultad generadora de imágenes ---facultad que puede estar relacionada con su formación como diseñadora gráfica— la lleva a pintar (Mujeres unidas por la espalda), una pieza simple, simétrica y rotunda, relacionada con el mito de Jano, el dios romano de las dos caras que vigila el tránsito entre el pasado y el porvenir, que mira a la derecha y a la izquierda, al interior y el exterior. Como vemos una pieza que más allá de la lectura maniquea, alude a la toma de conciencia individual.
La ambigüedad y el desconcierto que nos provoca el (Muñeco viejo en una caja) se debe en primer lugar a la fuerza poética de las antinomias. La imagen rompe con la lustrosa limpieza, la decisión de la forma, la singular estatuaria de los juguetes . El ilusorio mundo infantil queda destrozado; el juguete deja de ser un placebo para convertirse en un solitario vejestorio, en un bárbaro representante de un mundo decadente, en un actor del drama de la vida. Aquí, el tiempo, una de las preocupaciones más persistentes de la pintora se hace evidente y curiosamente, aunque la pinturita no busca agradar, lo consigue por la contundencia del mensaje, la armonía tonal y la impecable y original estructura semejante a un rompecabezas.
En (Niño-muñeco frente a la TV), la pintora de los profundísimos, soberbios e intemporales azules, alude de nuevo a un mundo en decadencia pleno de soledades acompañadas, y la indeterminación vuelve a estar presente porque no sabemos si se trata de un muñeco o de un infante.
En fin, que en el plano estético se le debe agradecer a de la Hoz un tratamiento delicioso y minucioso de la figuración poco usual hoy en día, sobre todo si pensamos que lo gestual, el expresionismo es lo que predomina en los circuitos oficiales del arte, mientras que en el plano hermenéutico, debemos aplaudirle la creación de mundos tan plenos de significados, tan reveladores.
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1 En “Mistery and creation”, un texto originalmente aparecido en Le surrealisme et la peinture, Paris, Gallimard, 1928, Pág. 38, reproducido en Herschel B. Chipp, Theories of Modern Art. A source book by artists and critics . University of California Press, Los Angeles CA, 1984.
2 El temple (pintura elaborada con yemas de huevo y pigmentos), técnica hoy muy poco empleada por la dificultad que implica, se sustituyó gradualmente por el óleo a partir del Renacimiento
3 Permítaseme el homenaje a Baudelaire al referirme al mundo del juguete empleando algunas de sus expresiones.
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Como siempre, una delicia .....
ResponderEliminar¡Qué universos nos compartes !
Gracias por leerme...y compartir mis emociones...MHN
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