1.
Este viernes 3 de julio, la Secretaria de Cultura Alejandra Frausto, dio a conocer el plan de trabajo para el sector, para el periodo 20-24, es decir, lo que resta de un sexenio lopezobradorista, infectado -tiempo jamás imaginado, ni por los novelistas cienciaficcioneros-, por una crisis sanitaria que no tiene para cuando acabar.
Este viernes 3 de julio, la Secretaria de Cultura Alejandra Frausto, dio a conocer el plan de trabajo para el sector, para el periodo 20-24, es decir, lo que resta de un sexenio lopezobradorista, infectado -tiempo jamás imaginado, ni por los novelistas cienciaficcioneros-, por una crisis sanitaria que no tiene para cuando acabar.
Derivado del Plan Nacional de Desarrollo, llama la atención del noble y dócil documento, que no se mencionan las condiciones adversas que afectan por la pandemia Sars COVID-19, a la mayoría de los agentes que participamos en el sector cultural.
Y no sólo me refiero a los artistas y artesanos que crean obras para un universo de variables consumidores que ahorita nomás no salen a la calle y no invierten en la “belleza”, o a quienes trabajando en las llamadas industrias culturales, han dejado de atender a los clientes que normalmente iban al cine, a un concierto de música, al teatro o compraban libros.
Me refiero a todo aquél que cree que la situación de un país desmoralizado por la violencia y la corrupción puede cambiar si la cultura nos convierte, por la magia de la sensibilización a la que lleva, poco a poco en mejores personas.
Me refiero a todo aquél que cree que la situación de un país desmoralizado por la violencia y la corrupción puede cambiar si la cultura nos convierte, por la magia de la sensibilización a la que lleva, poco a poco en mejores personas.
Digámoslo claro, si el sector cultura venía golpeadísimo “desdendenantes” por la falta de inyección de recursos, seguramente vendrán tiempos mucho más difíciles, porque además ya vienen otros recortes presupuestales.
2.
En el documento publicado en el Diario Oficial de la Federación, destacan (punto 5) varios objetivos prioritarios, entre ellos: la voluntad del reforzar la cultura digital, la construcción de políticas culturales incluyentes, el acceso a la cultura a grupos históricamente excluidos y la diversificación de los modelos educativos del arte.
Aplicada la matemática al análisis del documento, diríamos que se busca sumar las partes que conforman la amplísima diversidad sociocultural del país, para lograr la meta, un país medible en términos de bienestar, concepto rector de la política pública presidencial.
Nótese que no se habla de ingresos, sino de bienestar, cosa que suena congruente con el papel accesorio que los políticos le dan siempre a la cultura, pues constitucionalmente (Art. 4o., párrafo 12) se alinea con el Eje 2, política social: Cultura de la Paz.
La idea es perfectible.
Pero ¿cómo beneficiarnos con “la cultura de la cultura” en tiempos de una de las crisis económicas más severas que han afectado al país sin mayor presupuesto?
Si empleamos la teoría de conjuntos al país que tenemos entre las manos, veremos un montón de diversidades basadas en desigualdades económicas que si bien reconoce el documento existen, poco se mencionan como sinónimo de pocas o nulas posibilidades de acceso a la cultura a la que todos tenemos derecho.
Pero ¿cómo beneficiarnos con “la cultura de la cultura” en tiempos de una de las crisis económicas más severas que han afectado al país sin mayor presupuesto?
Si empleamos la teoría de conjuntos al país que tenemos entre las manos, veremos un montón de diversidades basadas en desigualdades económicas que si bien reconoce el documento existen, poco se mencionan como sinónimo de pocas o nulas posibilidades de acceso a la cultura a la que todos tenemos derecho.
3.
El punto 5.5 habla de fortalecer la economía nacional a través del estímulo y profesionalización de las industrias culturales y empresas creativas.
Se busca un país de generadores, no de receptores.
Se propone dejar de lado la antigua cultura pasiva que llevaba a recibir de la figura paterna Estado.
El punto 5.5 habla de fortalecer la economía nacional a través del estímulo y profesionalización de las industrias culturales y empresas creativas.
Se busca un país de generadores, no de receptores.
Se propone dejar de lado la antigua cultura pasiva que llevaba a recibir de la figura paterna Estado.
Hay, al parecer, una visión empresarial del país.
La idea es que el trabajo creativo nos reanime; que el estímulo reviva al agonizante sector cultural y que sea el milagro de la creatividad humana el que salve la situación.
Pero con pura creatividad no alcanzaremos a salir.
Como dijimos hace unas semanas en este mismo espacio, el sector cultural es un ecosistema y después de esta crisis sobrevivirán sólo los más fuertes y los más adaptables.
La idea es que el trabajo creativo nos reanime; que el estímulo reviva al agonizante sector cultural y que sea el milagro de la creatividad humana el que salve la situación.
Pero con pura creatividad no alcanzaremos a salir.
Como dijimos hace unas semanas en este mismo espacio, el sector cultural es un ecosistema y después de esta crisis sobrevivirán sólo los más fuertes y los más adaptables.
4.
Somos un país de jóvenes.
Con 39.8 millones de niños, niñas y adolescentes menores de 18 años que representan el 31.
4 de la población total (2018) la energía y la visión optimista del futuro no nos faltarán, pero si 53 % de la población total -entre la cual están los jóvenes-, nunca ha visitado zonas arqueológicas y 43 % nunca ha acudido a museos ¿cómo hacer para convencerlos de que comiencen a mirarse en el espejo de la cultura para el renacimiento que viene?
Finalmente: ¿cómo hacer para que la Agenda 20-30, la que marca los objetivos mundiales para lograr el deseable Desarrollo Sostenible del planeta sea materia de estudio en las escuelas?.
Somos un país de jóvenes.
Con 39.8 millones de niños, niñas y adolescentes menores de 18 años que representan el 31.
4 de la población total (2018) la energía y la visión optimista del futuro no nos faltarán, pero si 53 % de la población total -entre la cual están los jóvenes-, nunca ha visitado zonas arqueológicas y 43 % nunca ha acudido a museos ¿cómo hacer para convencerlos de que comiencen a mirarse en el espejo de la cultura para el renacimiento que viene?
Finalmente: ¿cómo hacer para que la Agenda 20-30, la que marca los objetivos mundiales para lograr el deseable Desarrollo Sostenible del planeta sea materia de estudio en las escuelas?.
La meta 4.7 toma en cuenta a los estudiantes y plantea reforzar las estrategias para la educación en dicha materia.
Pero como sabemos, tradicionalmente ha sido tarea difícil cruzar las agendas de la SEP con cultura.
Lo es más desde que ambas instituciones caminan orgánicamente separadas.
Hoy es casi imposible llevar desde los colegios a los estudiantes a los museos.
Ahora imagínese usted lo que viene, con escuelas virtuales la mitad del año escolar que pronto comenzará.
El acceso a los museos, bibliotecas, espacios culturales y zonas arqueológicas quedará en el plano de lo que los ojos cansados de los internautas puedan pescar frente a cientos de otras actividades frente al monitor.
FIN
Pero como sabemos, tradicionalmente ha sido tarea difícil cruzar las agendas de la SEP con cultura.
Lo es más desde que ambas instituciones caminan orgánicamente separadas.
Hoy es casi imposible llevar desde los colegios a los estudiantes a los museos.
Ahora imagínese usted lo que viene, con escuelas virtuales la mitad del año escolar que pronto comenzará.
El acceso a los museos, bibliotecas, espacios culturales y zonas arqueológicas quedará en el plano de lo que los ojos cansados de los internautas puedan pescar frente a cientos de otras actividades frente al monitor.
FIN
Por: María Helena González / helenagonzalezcultura@gmail.com
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