No es necesario recordarle, querido lector, que estando a punto de elegir gobierno, debemos tomar muy en serio el asunto, porque lo que decidan al respecto el presidente, los 9 gobernadores, más de cien senadores y más de 500 diputados electos el 2 de julio tendrá probado impacto social y económico en nuestro estado y municipios. Al respecto platico con Carlos Villaseñor Anaya, asesor de la UNESCO, especialista en políticas culturales internacionales.
2. Carlos Villaseñor (CV): "A la firma del Pacto Internacional de Derechos Económicos y Culturales, México reconoció el derecho de los ciudadanos de participar en la vida cultural y después de las reformas constitucionales del 2011 tenemos que los 3 ámbitos de gobierno están obligados a atender el tema de las garantías. Pero ha pasado desapercibido lo que menciona la Fracción 1 Del Art. 41 bis de la Ley Orgánica de la Administración Pública, que obliga a la Secretaría de Cultura a diseñar e implementar la política cultural nacional. Es decir, por primera vez se hace referencia a una política de estado en materia de cultura, distinta de las políticas que sobre esa base deberán desarrollar los ámbitos estatal, municipal y si somos consistentes, esa política cultural de estado también deberá informar el desarrollo de las políticas culturales de las organizaciones del sector privado y del sector social.
"En este sentido, México está llamado a desarrollar la estructura de este nuevo paradigma de la Política Cultural nacional que dejó de ser un accesorio de la política educativa, para convertirse en un sector por sí mismo. El reto inmediato que enfrentamos es hacer un reglamento de la Ley General de Cultura y Derechos Culturales que responda a esta orientación de la Política Cultural nacional como instrumento de garantía y de promoción del derecho humano a la cultura y los derechos culturales; la elaboración de un Presupuesto de Egresos de la Federación 2019 que responda a las reformas constitucionales y a las disposiciones de la Ley General de Cultura y Derechos Culturales y a desarrollar un Programa Nacional de Cultura y Derechos Culturales que se integrará al Plan Nacional de Desarrollo 2018-2024.
"Una situación similar debería de darse en aquellos estados que tienen elecciones concurrentes con la federal, ya que en todos los casos deberán diseñar un Presupuesto de Egresos para el 2019 y sobre todo incorporar, sobre los planes estatales de desarrollo, una vertiente que atienda garantizar el pleno ejercicio del derecho humano a la cultura.
Tal y como lo dispone la ley que le da facultades específicas a estados y municipios para extender en el Artículo Primero, en lo relativo a los tratados que se refieren a los derechos humanos".
MH- Carlos, ¿en qué modelo de la política cultural ves ideal para México, el norteamericano, que implica una mínima intervención del estado, con una fuerte dependencia del mercado y patrones privados o el francés, en el que actúa más el estado, insertándolo en su política educativa?
CV- Recuerda que también existe el modelo inglés, cuyo indicador es el bienestar. Habría que dividir en 2 ámbitos el tema. El primero abarca el asunto de los derechos humanos para que las personas tengan la libertad de ejercerlos en el ámbito privado.
Y es que lo cultural es un derecho privado, no público; nuestra libertad de expresión no depende del gobierno, sin embargo es responsabilidad pública generar las condiciones para que tengamos las garantías para expresarnos libremente. Eso se traduce en índices de convivencia con un peso relativo importante en el orden de lo simbólico.
"Te pongo el ejemplo de lo que sucedió en Medellín, le preguntaban a la gente si se le gustaría tener como vecino a un indígena o miembro de la comunidad LGBT o a un militar o a gestores culturales, antropólogos y trabajadores sociales se reunían para medir la respuesta de la gente. Se aplicaban políticas públicas y se volvían a hacer las mediciones. Esto indicaba si la política pública era acertada, cosa que se aleja del pasado, en el que la política cultural premiaba a los actores conforme a los cánones occidentales. En el ámbito artístico no fue igual de apreciado Manuel González Serrano que Diego Rivera, J.C. Orozco o Siqueiros, por ejemplo, esto debido a la política cultural que había vinculada a la Educación Pública en México, a principios del siglo XX.
MH- Carlos, ¿hay prueba de que los festivales y las ferias aporten bienestar a las comunidades?
CV- Generalmente se trata de datos empíricos vinculados a un discurso políticamente correcto; recordemos el Programa de Cultura en Armonía, que llevaba un mismo espectáculo a una comunidad que a otra, sin análisis previo de si éste atendía la problemática concreta. Y claro, es como si intentas matar hormigas con un cañonazo, obviamente que matarás algunas, pero el objetivo ideal no se alcanza de esa manera". FIN.
Artículo publicado por: Diario de Morelos.
Por: María Helena González
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