1. Estando las cosas como están, con una pandemia galopante
SARSCoV-2 que está causando tanto dolor en el mundo, tantas pérdidas humanas y
económicas, parecería poco práctico distraer recursos dirigidos a la salud,
para la cultura. No obstante, las cosas son al revés. Hoy más que nunca -y esto
según varios expertos consultados-, deberán verse las ventajas de una economía
mundial reforzada con base en el empoderamiento de los individuos y sus
diversas capacidades, entre ellas la creatividad. Partiendo de esa idea del
sujeto social innovador y creador, el ente cultural que es capaz de modificar
su entorno, es que los teóricos buscan construir un panorama alentador en torno
a la economía cultural.
Una rápida
consulta a la página de las Naciones Unidas nos recuerda el contexto en el que
nace el “2021 Año Internacional de la Economía Creativa para el Desarrollo
Sostenible”. En 2015, la ONU aprobó la Agenda 2030 sobre el desarrollo
Sostenible como una oportunidad para que los países emprendan un camino para
mejorar la vida de todos, sin dejar a nadie atrás. La Agenda cuenta con 17
Objetivos de Desarrollo Sostenible (https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/),
que incluyen el cambio climático, la eliminación de la pobreza, la educación,
la equidad de género y la defensa del medio ambiente.
2. Como bien
sabemos, las industrias y las empresas creativas basan su denominación en el
hecho de que alguno de los elementos de su cadena de valor incluye la
creatividad, la capacidad de innovación y la imaginación. En este sentido, la
cultura y la identidad cultural son factores fundamentales para el desarrollo
de productos que se posicionan en el mercado, porque se diferencian de otros
que no inciden en los ámbitos del espíritu cuando “se consumen”. Me estoy
refiriendo a valores como la belleza, la armonía, las emociones y la identidad,
entre otros. Si se quiere, hasta el entretenimiento -tan mal visto por autores
como Mario Vargas Llosa-, salvan la vida en tiempos de confinamiento.
Se ha dicho
mucho, pero vale la pena repetirlo: ¿qué habríamos hecho confinados sin música,
literatura, transmisiones de teatro, danza y títeres, recorridos por museos,
conferencias sobre artes visuales, etc., si no existieran las industrias
creativas? Y más allá: para poder la dedicarnos a pintar, dibujar, escribir,
diseñar, construir, tocar instrumentos, leer, etc., requerimos toda una serie
de implementos que forman parte de la industria enfocada en la creatividad, que
forma parte de la mensurable Economía Naranja.
3. Las
empresas creativas visibilizadas en su estructura, funcionamiento y futuro,
quedan englobadas en la llamada Economía Naranja y muy bien pueden ser también
las que se echen a andar en casa, con la de moda y creciente entrega a
domicilio, conocida hoy por todos gracias al “quédate en casa”.
Visto así,
el diseño, las artesanías, la costura y la moda, los proyectos arquitectónicos,
los proyectos de turismo sostenible, los proyectos de hospitalidad y muchas
otras ofertas creativas tienen la oportunidad de colocarse en el mercado. He
escuchado recientemente que se ofrecen puestas en escena musicales y teatrales
desde casa.
No es
necesario insistir en que las empresas culturales estimulan la inclusión y el
empoderamiento personal, el trabajo en equipo (y “el placer de la
artefactura”), además de reducir la pobreza. Por eso la idea de recibir con
buenos ojos y esperanza el “2021 Año de la Economía Creativa para el desarrollo
Sostenible”.
4. El jueves
21 y viernes 22 de enero, a las 19 horas, esta semana para ser más precisos,
echémosle un ojo a este tema desde la perspectiva de los participantes en el
“Seminario Ciudad, Economía y Cultura”, organizado por la Secretaría de Cultura
de la Ciudad de México (http://www.capitalculturalennuestracasa.cdmx.
gob.mx/documentos/Seminario_Ciudad_Economia_y_Cultura.pdf). Lo proponen como un
espacio para la reflexión sobre estos temas, que incluyen el ejercicio de los
derechos culturales. Se podrá acceder sin costo a presenciar de manera virtual
las mesas por FB y en la plataforma señalada.
Seamos
naranjas, cada vez más, cada vez mejor. También en nuestro estado. FIN
Por MARÍA HELENA GONZÁLEZ
/ helenagonzalezcultura@gmail.com
https://www.diariodemorelos.com/noticias/econom-cultural-2021-el-prometedor-o-anaranjado
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