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1.El jueves pasado este
diario informó sobre la voluntad de establecer un acuerdo entre el gobierno
estatal, representado por los tres poderes que lo conforman y el nuncio
apostólico Franco Coppola, para la apertura del Museo de Arte Sacro de la
Catedral de Cuernavaca. La nota hizo hincapié en la voluntad del diálogo
respetuoso entre los poderes públicos y el obispo de la Diócesis de la capital
morelense, Ramón Castro y Castro (ya todo el mundo sabe que no se invitan a sus
fiestas porque no se llevan nadita bien), pero dado que esta columnista es
historiadora del arte, quiero compartirle lo que he venido averiguando, querido
lector y lectora, ya que me dio mucho gusto la posible próxima apertura de un
nuevo espacio dedicado al arte generado por obra y gracia de un patrocinio de
esquema mixto, en el que se sumaron fondos privados y públicos (federales y
estatales) para lograr una inversión de un poco más de 35 millones de pesos,
administrados por la Secretaría de Obras Públicas de la entidad.
Resulta que el
interesantísimo acervo que se pondrá a disposición del espectador,
supuestamente en un par de meses, comienza con las piezas de la antigua
Colección Plancarte (nombrada así por el segundo obispo de Cuernavaca Monseñor
Francisco Plancarte y Navarrete, quien gustaba de coleccionar objetos
arqueológicos y religiosos), se complementa con lo que conjuntó el empresario
textil y apasionado de las artes Juan Dubernard, fundador de la Sociedad
Defensora del Tesoro Artístico de México, Capítulo Morelos en 1987 y termina
con lo que se ha podido investigar y restaurar, gracias al importantísimo apoyo
del tercer sector, es decir, de la asociación civil denominada “Adopte una Obra
de Arte”, representada en nuestro estado por la elegante señora Cecile Camil de
Abe, impulsora incansable de la idea del recinto cultural, de la restauración
de las obras de la Capilla de la Tercera Orden y del mural de Diego Rivera,
ubicado en el Palacio de Cortés.
Se entiende entonces, que
los morelenses y el turismo interesado en la cultura podremos admirar cerca de
80 piezas que contribuirán a formarnos una idea de la historia del arte sacro
local que antes fue motivo devocional, entre las que se encuentran 58 pinturas
de caballete, además de utensilios y ornamentos propios del rito católico,
objetos que nos muestran antes que nada el sufrimiento de los mártires de
antaño, puro ejemplo de piedad.
2.Como es habitual en la
obra de la época, la autoría de las mismas, restauradas por expertos del INAH,
no ha sido del todo comprobada, por lo que se prefiere hablar de atribuciones a
los maestros Simón Pereyns, Andrés de la Concha y Juan de Miranda (siglos XVI
al XIX), entre otros. Pero sobre todo, han dicho expertos como la Dra. Elisa Vargas Lugo, que
aún las piezas de factura anónima son de
innegable calidad.
Platicando del tema con el
Maestro Marco Certo -quien restauró la “Mater Dolorosa” de Juan Correa-, me
enteré de que hay resonancia compositiva entre algunas piezas del acervo del
Museo de las Intervenciones ubicado en la CDMX y el “Apostolado” de Juan de
Miranda que veremos aquí, que además se expondrán una talla en madera estofada
que representa a “San Cristóbal con El Niño Jesús”, de gran formato que se
presentó en la muestra dedicada a los 20 siglos de arte mexicano que hizo época
en NY, 4 casullas y una mitra que valen la pena por su narrativa bordada
(remontada en terciopelo) y una “Última Cena” compuesta alrededor de una mesa
redonda y no rectangular, como era común en la iconografía típica para el tema.
3.De acuerdo con el Arqlogo.
Víctor Hugo Valencia Valera, a quien le correspondió normar los trabajos
autorizados antes de su nombramiento como titular del INAH, se tuvo que
deconstruir parte de la obra para disminuir la dimensión de la estructura de
acero y cristal, con el objeto de no afectar la imagen del centro de la ciudad
y respetar la estructura del inmueble. La obra, que es desmontable, quedó a
cargo de los constructores Francisco y Elías Atala, quienes cuentan con
experiencia en trabajos de índole patrimonial y se llevó a cabo después de los
debidos estudios arqueológicos que arrojaron vestigios de los cimientos de la
Capilla Real del siglo XVI. Añade Valencia Valera, que por los años 50 hubo un
albergue para gente de la curia en lo que después fue el patio en el que hoy se
ubica el museo.
4.Concluyo recordándole que
está usted invitado e invitada este miércoles 26 de abril, a las 9 AM, al
Jardín Borda, al Coloquio titulado “Las Autonomías Indígenas en México, retos y
perspectivas, un homenaje a Rodolfo Stavenhagen”. Allí nos vemos. FIN.
Articulo publicado en: https://www.diariodemorelos.com/noticias/vas-ver-museo-de-arte-sacro-de-la-catedral-de-cuernavaca-algunas-consideraciones
Por: María Helena Noval