lunes, 30 de septiembre de 2019

Vas a ver: “La vida endeble”: una novela sobre CUERNAVACA que hay que leer.

1.
Ganadora del Premio Nacional de Novela Breve 2017 Amado Nervo, “La vida endeble” (Ediciones del Lirio /Universidad de Nayarit) retrata a una CUERNAVACA hoy casi inimaginable. En ella, el multipremiado escritor Mauricio Carrera nos presenta a un hilarante Alfonso Reyes al que los morelenses invocamos cuando queremos sentirnos ufanos de esa generosidad de puertas abiertas que de tiempo atrás ha caracterizado al estado, una capacidad de acoger invitados que hoy programática y desesperadamente buscamos recuperar.
No obstante no son él, ni Arturo Díaz Vigil, personaje incidental de “Bajo el Volcán” de Lowry, los protagonistas del volumen, sino dos mujeres, Martha Gellhorn, que viene de ser mujer del mismísimo Ernest Hemingway y Gerda Taro, la célebre fotógrafa de la Guerra Civil Española, pareja del también conocido fotorreportero Robert Capa. Acompañándolos aparecen Diego Rivera, Frida Kahlo y Kikí de Montparnasse. Imagínese usted, querido lector, qué delicia de libro.
¿Y cómo es que se le da al autor inspiración tan noble? Carrera me responde esta tarde de lluvioso domingo, que es cuestión de técnica e investigación el ir armando coincidencias, pero lo cierto es que enterado del paso de la Gellhorn por nuestra ciudad, le nació la idea del enamoramiento morelense y lo demás fue obra y gracia de la “literatura referencial” que ha venido caracterizando su trabajo de tiempo atrás, como asegura la escritora Ana Clavel, quien recientemente escribió: “...la vida también puede ser deleitable cuando se disfruta en una novela certeramente urdida y con la riqueza de una mirada que sabe entramar la complejidad de sus personajes y dotarlos de profundidad y ligereza a la vez, máxime cuando estos son figuras reconocibles en la literatura, el periodismo en las artes.” 

2.
Diremos también que este es un libro de libros, pues no faltan las referencias intertextuales cosa que no nos debe extrañar tratándose de un autor formado en el contexto de la posmodernidad. Encontramos en sus páginas citas de Homero en CUERNAVACA y se deja sentir mucho la presencia de “la gran novela borracha de México”. 
Y están el Hotel Marik- nombrado así por una mexicana, María, casada con un vikingo de nombre Erick y el restaurant la India Bonita.  
Y una comunidad gringa mediocre, que aporta poco, pero que se queda en la ciudad porque ésta le ofrece una vida resuelta en la que vibran jacarandas, bugambilias, pájaros, montañas y volcanes. 
Y es cuando Carrera describe todo eso que brilla la nostalgia, o sea el dolor por la tierra ausente: ¡Benditas sean la memoria y la imaginación, esos recursos que mediando certeras frases pueden hacernos RE-VIVIR con tanta intensidad!

3.
Por supuesto que mientras leía, me dieron ganas de hablarle por teléfono a Beatriz Rivas, a quien conocí hace poco en el Jardín Borda porque también escribió sobre Gerda Taro; a la admiradísima Marcela del Río Reyes para preguntarle por su tío Alfonso; a Braulio Hornedo, experto en el escritor y a nuestra recién desaparecida Andrea Valeria, quien ya me había contado sobre el Hotel Marik y me presentó en su casa al hijo de los propietarios, en cuyo predio hoy hay un centro comercial sin placa que dé cuenta de aquella habitación 93 en la que se quedaba el Ronquitos Reyes. 
Afortunadamente dice Carrera que tiene ganas de entrarle de nuevo al tema, pero ahora con las honduras pasionales de Man Ray y otra vez la Kikí de Montarnase. No sé si será porque extraña su vida parisina, pero yo le quiero insistir en que volteé de nuevo a estas regiones, porque los morelenses necesitamos más novelas como esta. No es cosa nimia vivir “la gula de la nada”: hay que encaminarnos a la muerte aprovechando al máximo la vida, como dice él.
El libro de marras se presenta mañana martes, a las 18 horas, en el Foro José Vasconcelos del Centro Cultural Toluca y se encuentra en Librerías El Sótano y las del Fondo de Cultura Económica. FIN.

María helena gonzález
helenagonzalezcultura@gmail.com

lunes, 23 de septiembre de 2019

Vas a ver: Hervidero cultural

1.
Por fortuna, la cultura mantiene el pulso y a pesar de la crisis económica del país y la reducción presupuestaria para el ramo, no se han agotado las posibilidades de asistir al teatro, el ballet, las exposiciones y los conciertos en el estado de Morelos. No es que estemos en jauja, es que podemos agendar propuestas tanto de la STyC y el INAH, como de las instituciones privadas dedicadas a la “cultura de la cultura”.  Por ejemplo, este viernes 27 de septiembre estaremos cerrando, en la Sala M. Ponce del Jardín Borda, a las 9:30 am, el Taller de Gestión de Bienes Patrimoniales con enfoque centrado en los Derechos Culturales, que comienza este lunes en Puebla, sigue en la CDMX y brillará en Morelos por obra y gracia de la Dra. Graciela Mota, destacada socióloga especialista en patrocinio cultural.
Con usted compartirán sus puntos de vista los multifacéticos promotores culturales Adalberto Ríos Szalay, Jesús Peredo Flores, María del Rosío García, Gerardo Gama, Máximo Juárez, Miguel Cuevas, Ana Lucía Recamán y Patrizia Granziera. No omito recordar, que si esta semana se subastaron en Francia piezas arqueológicas prehispánicas sin que nadie hiciera nada, excepto la UNESCO, que solicitó información a la casa subastaColaboración para mañana - Vdora sobre el origen de las piezas, fue porque no estamos acostumbrados a pensar en el patrimonio cultural con un enfoque participativo. 
2.
Hace unas semanas nos encargamos de redactar un documento postulando a Pedro Ramírez Vázquez para la medalla Belisario Domínguez. Soñamos con que el destacado arquitecto reciba el reconocimiento que merece por haber puesto su talento al servicio de nuestros compatriotas. Entre los diseños firmados por él, encontramos el Estadio Azteca, la Basílica de Guadalupe, el Museo del Templo Mayor y el Museo Nacional de Antropología. El egresado de la UNAM también fue  presidente del Comité Organizador de los Juegos Olímpicos en el 68 y un sensible coleccionista de documentos y libros, que hoy resguarda y presta para exhibiciones, su generoso hijo Javier Ramírez Campuzano. 
Por ahí leí que al nahuatlista Miguel León Portilla se acaba de otorgar la Medalla Nezahualcóyotl por su significativa aportación a la narrativa de la historia de los vencidos, o sea las hoy llamadas culturas originarias. Qué bueno, siempre es mejor reconocer a estos personajes en vida. 
3.
Este jueves 26, a las 17 horas, las escritoras Anilú Elías y Reicelda Oxilia presentarán en la Sala Ponce del Jardín Borda, el poemario titulado “Bajo el volcán y la luna” de esta última. Ella se ha dado a conocer en el ámbito cultural morelense por sus entrañables reportajes publicados en “El Sol de Cuernavaca”, sobre cultas mujeres. Es pues una sensible profesional del periodismo con perspectiva de género, que también escribe poesía. Por favor acompáñenos, no se va a arrepentir. 
Al  día siguiente, viernes 27, a las 19 horas, el Maestro Rodolfo Ritter tocará el piano en la misma Sala Ponce, evento organizado por la asociación que presiden Sergio Soto y María Luisa de Mateo, de Amigos de la Música. Allí los esperamos para aplaudirle al milagro de la música. 
5.
Sandra del Pilar es una destacada pensante del ejercicio de pintar. En sus exploraciones del espacio pictórico recrea imágenes dinámicas y tiempos expandidos, empleando la maestría de las veladuras, para lograr atractivas transparencias. Del Pilar expuso recientemente en Alemania y a partir de este miércoles lo hará en la Galería Aldama Fine Art, a cuyo director enviamos un cálido saludo, porque siempre nos mantiene informados de lo que exhibe, enviándonos las bellísimas publicaciones que dedica a sus artistas. La cita en Palacio de Versalles 100 L.B. Col. Lomas de Reforma. Informes en www.aldama.com
6.
Hace 15 días se apagó la luz de la escritora Andrea Valeria, carismática estudiosa de las estrellas y su polvo: nosotros. Su partida nos toma por sorpresa y nos deja un hueco en el corazón. A ese gran conocedor de la vida política del país, Don León García Soler, su pareja, manifestamos nuestra solidaridad y cariño. 
La historiografía zapatista está de luto, murió el martes pasado el destacado antropólogo Francisco Pineda Gómez, quien estuvo recientemente en nuestro estado para hablar de la injerencia norteamericana en nuestro país, el franco plan de invasión de los vecinos del norte antes y durante la Revolución Mexicana. El número especial de la revista “Proceso” dedicada a Zapata de principios de año, incluye un sesudo análisis suyo y desde hace un par de días se encuentra en FB una entrevista realizada por el editor Armando Ponce al historiador. 
No está por demás decir que los tres museos históricos morelenses dedicados al zapatismo le rendirán homenaje a tan importante investigador antes de que acabe el año. Descansen en paz la astrologista Andrea Valeria y el historiador Francisco Pineda. FIN.

María helena gonzález
helenagonzalezcultura@gmail.com

lunes, 9 de septiembre de 2019

Vas a ver: Francisco Toledo, el artista y el mito

1.
Todos los poemas, todas las declaraciones de amor, las más elocuentes fotografías de su persona y los más altos reconocimientos están siendo volcados desde el jueves pasado en la figura de Francisco Toledo. El consenso sobre su valor es universal, la coincidencia amorosa sorprende. El profundo aroma de lo genuino adorna casi todo lo que se ha dicho sobre su ser. Se defienden fácilmente su postura ética y su propuesta estética. No hay forzamientos discursivos cuando se recuerda quién fue y lo que hizo.
Fallecido sin haber pasado por el aspaviento de la convalecencia pública, con la discreción que caracterizó su vida privada, Toledo dejó Oaxaca a los 79 años. Pero se fue sin irse. Porque resulta que como le dio al México contemporáneo la oportunidad de presentarse ante el mundo con una dignidad que no le brindan otras aristas de la cultura, comenzará a formar parte de esa otra historia del arte que es la de los MITO-ARTISTAS, los creadores que se vuelven bandera del país en el que nacen. Qué fortuna para nosotros los mexicanos contar con un creador tan completo como Toledo, artista de talla universal.
 2.
“Cuando yo comencé a pintar, yo siempre quise estar ligado a mi comunidad y entonces en mi comunidad había tradiciones orales, historias, mitos, cuentos. Entonces yo pensaba que podía ser un ilustrador de mitos”, declaró a El País en 2015, postura creo yo que articula los dos ingredientes principales que lo potencian hasta el infinito. 
En efecto, mito y erotismo son su materia de partida, pero hay que decir que la figuración fantástica que caracteriza toda su obra responde a la mezcla perfecta entre ligereza de trazos y valores cromáticos de la tierra. Un Toledo es un Toledo por obra y gracia de la elegancia; sólo él pudo hacer que una sarta de alacranes, un montón de sapos o una retahíla de murciélagos se pudieran vender y vender en miles de dólares.
Ahora bien, no podemos dejar de lado el hecho de que un erotismo franco adorna sus cosas. Pero ojo: se trata de un erotismo que paradójicamente y a pesar de que es generoso en penes y vulvas, no refiere a la excitación física, sino a la voluntad que le sirve al arte para expresar la vida. 
3.
La otra faceta de Francisco Toledo se llama Oaxaca. En dicho complejo y colonial  estado y capital, el artista tendió redes de ayuda y autoayuda inéditas, generó consciencia ecológica y sobre todo levantó la autoestima colectiva haciendo que la gente se mirara en el brillo de sus colores, tradiciones y costumbres centenarias. 
¿Quién no ha visitado el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO) con todo y su biblioteca especializada en arte con la boca abierta y el alma complacida? ¿Quién no recuerda sus firmes posturas en contra de las empresas transnacionales dispuestas a tragarse todo a su paso?  
Toledo creó y cuidó hasta su muerte todo un ecosistema decididamente dedicado a promover las culturas de la entidad, revistió prestigio a su estado, generó derrama económica por un concepto -el de economía cultural- en el que todavía no creen los políticos de este país y por si fuera poco nos hizo imaginar un mundo en el que la ilusión y la vida práctica se pueden dar la mano con facilidad. Descanse en paz, lo vamos a extrañar mucho. FIN

María helena gonzález
helenagonzalezcultura@gmail.com

lunes, 2 de septiembre de 2019

Vas a ver: “1866, Érase una vez un Imperio en el Borda”: una exposición de corazón abierto

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Hay inauguraciones que ablandan desde el protocolo, que le permiten al público entrar con el corazón abierto al museo, que predisponen al interesado en la historia para el comentario más sesudo. Tal es el caso de “1866: Érase una vez un Imperio… en el Borda”, montada desde la semana pasada en la Sección Juárez del icónico jardín, por obra y gracia del equipo de museógrafos, técnicos, custodios, administrativos y demás integrantes del equipo de la Dirección de Museos de la STyC estatal, en esta ocasión llevados de la mano del Arq. Gerardo Palma, quien decidió mostrarle al mundo la historia del Segundo Imperio Mexicano mediante una sencilla e innovadora narrativa.
Le comparto datos de la misma, querido lector, pero antes le digo porqué fue mágica, inolvidable, la tarde de este sábado. Imagínese usted, que después de siglo y medio de la salida de Cuernavaca de los emperadores Maximiliano y Carlota, entran Don Carlos Felipe de Habsburgo Lorena y su mujer Ane Claire al jardín lleno de gente. Él en calidad de sobrino tataranieto de Maximiliano, claro está. A su llegada, el Coro de Niños de Morelos a cargo de la Maestra Verónica Pérez entona La Paloma, canción preferida de Carlota. Pocos minutos después, Don Carlos nos dice: “me dan ustedes la bienvenida a MORELOS, pero yo nací en Xochitepec” y se suelta narrándonos parte de su historia familiar, la que tiene que ver con México, con nuestro estado, con usted y conmigo. Ya en la sala, frente a las piezas seleccionadas por Palma Montes para narrar la historia de esos dos personajes históricos, el de noble cuna abunda en secretos, comenta libros, se deja tomar fotos, muestra su altura que no sólo es física, sino la que brindan la educación, la cultura y la bonhomía.
2.
Montada en dos salas, la muestra ofrece al visitante la posibilidad de mirar por la ventana una reproducción del Castillo de Miramar; verse en el espejo de la historia si se asoma uno al que porta un maniquí vestido con traje de época; leer un fragmento de la carta que le escribiera Víctor Hugo al Presidente Juárez pidiéndole clemencia para el emperador -carta que llegó un día después de su trágica muerte-; imaginarse la vida en la residencia de verano viendo el mobiliario de la época; sentir la melancolía que despierta este capítulo de nuestra historia entrando al altar fúnebre que contiene las imágenes de los emperadores muertos y conocer a la altiva Carlota Amalia de Bélgica, emparentada con casi todas las casas reinantes de Europa, a través del pincel de María Luisa de Mateo, quien la representa subiendo una polisémica escalera.  Por supuesto, tres de las pinturas históricas de Tarazona no pifian faltar y podrá usted conocer la efigie del pintor mediante reproducción de retrato. 
3.
Conociendo la loza de la historia oficial y la propensión de muchos al nacionalismo pacato, estoy segura de que mucha gente nos cuestionará porque hacemos énfasis en el legado de un par de coronados europeos que fueron invitados a gobernar este país con engaños. Habrá quien vea en lo ocurrido en Querétaro una victoria patriótica, pero echándole ojo a una reproducción de la pintura de Manet, una imagen de pequeño formato pegada en una de las mamparas, en la que Maximiliano aparece vestido de charro a punto de ser fusilado, podrá uno darse cuenta de que hay lecturas de la historia que siendo pictóricas y no textuales, pueden enriquecer mucho nuestra cultura. Y es que en la misma aparece el ejército francés disparándole al emperador y no el mexicano, porque fue Napoléon III quien lo abandonó a su suerte. 
Por favor no se pierda esta exposición morelense. Quiere la secretaria Margarita González Saravia que la muestra se vea en municipios, por lo que estará  abierta hasta el 29 de septiembre, de martes a domingo, de 10 de la magna a 5 de la tarde. No se va a arrepentir y de paso saldrá entonando una bellísima canción. FIN. 
María helena gonzález
helenagonzalezcultura@gmail.com