lunes, 24 de junio de 2019

Vas a ver: Breve agenda cultural del Borda

1.
La agenda de la Sala Manuel M. Ponce del Jardín Borda está completa y eso nos da mucho gusto. Presentaciones de libros, teatro, música, conferencias y talleres ocuparán la atención de los diversos públicos del arte y la cultura para lo que resta del años. Hay para todos los gustos, formaciones y edades.
Es verdad que la Secretaría de Turismo y Cultura no cuenta con los recursos para publicitar en los medios comerciales las diversas agendas de los espacios a su cargo, pero en la cartelera https://cartelera.morelos.gob.mx y en las páginas de Facebook asociadas se encuentra fácilmente la información de la oferta cultural del estado y a veces la de las instituciones privadas. Añadimos sin temor a exagerar, que que entre los afectos a estas cosas está volviendo el ánimo de la concurrencia al evento preferido en grupo, un poco como ocurría en tiempos de Martha Ketchum cuando era directora del Instituto de Cultura de Morelos.
Suele decir el Dr. Rodolfo Becerril cuando nos saludamos con mucho gusto todos, que somos una especie de familia o círculo endogámico, lo cual podría significar que las tertulias, que a veces sólo se asocian con la vida entre escritores de renombre no quedaron en el pasado y no son sólo para especialistas.
Para muestra basta un botón: la tertulia literaria organizada por Roxana Zubieta el viernes pasado en El Colorín -atrás de la Sala Ponce- sembró la semilla de la escritura entre noveles escribientes y revitalizó las ganas de compartir lecturas entre los más de 40 asistentes que volerán el 19 de julio a las 16 horas.

2.
Comparto con ustedes, queridos lectores, algo de información de lo que sucederá en el Jardín Borda en próximos días, no sin antes felicitar a Amigos de la Música de CUERNAVACA por estar cumpliendo 30 años y agradecerles que en honor de Shigeko Watson estemos pudiendo llevar a cabo brillantes recitales de piano. Este viernes 28 de junio nos acompañarán Juan Luis Prieto al violín y Santiago Piñeirúa al piano. No se lo pierda. Boletos a la venta en la entrada.

3.
Los lazos entre los países se fortalecen más si se da un sensible y continuo intercambio cultural. Entre México y Hungría existe una larga relación de nombres que conforman su historia del arte compartida. Pál Rosty de Barkócz y Gunther Gerzo son dos de los artistas húngaros que hicieron carrera en nuestro país. Rosty fue amigo del viajero Alexander von Humboldt -a quien se le atribuye lo de la eterna primavera morelense- y a él se le debe la primera fotografía del Jardín Borda, tomada tal vez en 1856. Gerzo fue artista de abstracciones hoy muy valoradas.
Nuestro querido amigo Adalberto Ríos Szalay, vinculado familiarmente con aquel país europeo, sabe mucho de esta historia y estará con nosotros inaugurando la muestra pictórica del Maestro Vilmos Szots, quien creó gran parte de sus coloridas figuraciones en nuestro país. El Excelentísimo Embajador de Hungría an México Iván Medvezcky y su esposa Ángela Fehervari cortarán el listón inaugural este 5 de julio a las 18 horas en la Sala Siqueiros del Borda.

4.
El Galeón de Manila o Nao de China fueron varias naves de madera no tan grandotas, que abrieron una ruta comercial entre Oriente y la Nueva España en el siglo XVI, estableciendo con ello un itinerario cultural que nos marca hasta la fecha.
Por lo que traían y llevaban esos barcos fuimos y somos barrocos con sabor a marfil, plata, sedas, joyería piel labrada, porcelana y otras variantes de la cerámica. La historia de los viajes que terminaban en el Puerto de Acapulco y traían al centro del país a lomo de mula los objetos para embarcar muchos de ellos de nuevo rumbo a Europa tiene sus ricos detalles y si usted quiere conocerlos, por favor acompáñenos a la Sala Ponce, a la presentación del segundo volumen de “El itinerario cultural del Galeón de Manila. Préstamos culturales entre México y Filipinas”, patrocinado por la Fundacion Rayuela, coordinado por el Dr. Juan Antonio Siller, el 12 de julio a las 18 horas. Nos cuenta Cecilia Haupt que los viajes duraron 250 años y que uno de ellos trajo la reja de tumbago (aleación de cobre y oro), de la Catedral de México, en 1730. FIN.

Correo electrónico: helenanoval@yahoo.com.mx

lunes, 17 de junio de 2019

Vas a ver: “El Borda en el Borda”: Recuentos de la exposición en el Jardín Borda

1.
Un sesudo artículo del Maestro Heberto González de Matos, aparecido el día de ayer en este diario, da cuenta del irregular proceso militar que culminaría con el fusilamiento del segundo emperador de México Fernando Maximiliano José María de Habsburgo en Querétaro, en 1867. La escena que narra el arrodillamiento de la princesa de Salm-Salm, Inés Leclerc frente al presidente Benito Juárez buscando el perdón para el europeo, aparece representada en una de las 17 pinturas de gran formato que realizara el creador valenciano Salvador Tarazona, a solicitud del Gobernador Elpidio Perdomo (1938-1942) para decorar el entonces Congreso local.
Esa obra está colgada actualmente en el vestíbulo de la sala Manuel M. Ponce del Jardín Borda. Y el Segundo Imperio Mexicano, con su tristemente célebre emperatriz Carlota -a quien interpretará mensualmente Estela Varona en dicha sala-, deberían ser parte de a cultura general de los morelenses, porque los emperadores residieron en el Jardín Borda y porque como repite González de Matos en su colaboración, citando a José Vasconcelos: “...en México no habrá patria, mientras los niños en las escuelas no aprendan a derramar una lágrima de gratitud por el hombre que dejó en Europa el lujo y la gloria, para venir a la América a morir en defensa de la cultura latina amenazada”.
2.
Maximiliano y Carlota amaron nuestra cultura y tradiciones de manera ejemplar; al vestirse de charro y china poblana, celebrar nuestras tradiciones y entorno natural, asombraban a los conservadores, quienes no valoraban aspectos identitarios nacidos de hibridaciones culturales nacidas siglos atrás.
La presencia de artesanías mexicanas y orientales, joyería de plata y otros objetos en la muestra temporal titulada EL BORDA EN EL BORDA da cuenta del amor de los emperadores por nuestro país, pero también de la influencia del Barroco y las culturas de oriente en nuestro gusto.
Las hermosas pinturas novohispanas que representan a la Virgen de Guadalupe, la medalla con la que condecoraba Maximiliano y una escultura de Carlos Marín hablan asimismo de la fe guadalupana que nos caracteriza.
3.
La exhibición temporal que se desmontará a principios de julio se ha estado complementando con una serie de conferencias y mesas de análisis que busca la reflexión y el juicio critico de los visitantes con respecto a la historia nacional. Los historiadores y cronistas Valentín López González Aranda, Carlos Lavín Figueroa, Juan Antonio Siller, Miguel Ángel Betanzos y Eulalia Silva de Becerril han estado compartiendo sus investigaciones con nosotros a lo largo de cuatro meses.
Cerrando el ciclo, este miércoles 19 de junio, a las 17 horas se presentará el Maestro Heberto González de Matos con “El Jardín de la Borda” como tema. Recordemos que él es el autor de un libro publicado en la administración pasada por el gobierno municipal, hoy difícil de conseguir. Por eso no hay que perderse la charla de quien es reconocido como el mayor experto en la historia del hoy centro cultural, adquirido en 1765 por el empresario de origen franco español José de la Borda Sánchez.
Termino esta colaboración reconociendo una vez más la brillantez de la curaduría del Maestro Edgar Assad Gutiérrez, cuya selección de piezas y  diseño museográfico permiten comprender la historia del inmueble, los objetos, las personas y el país.  Seguimos dando imitas guiadas, pregunte por ellas en el 3181050, ext. 251.
La continua presencia de la plata en México, con los señores de la Borda como protagonistas es un capítulo que aún no se exhibe como debe ser en ningún museo. Esa tarea habremos de planteársela pronto a los expertos.
Este viernes 21 de junio se presenta el Maestro Mauricio Nader en la Sala Manuel M. Ponce, a las 19 horas, con una deliciosa selección de música mexicana, dentro de la serie de recitales para piano organizados en homenaje a Shigeko Watson y los 30 años de Amigos de la Música de CUERNAVACA. Allí los esperamos, con muchísimo gusto. FIN.

Correo electrónico: helenanoval@yahoo.com.mx

lunes, 10 de junio de 2019

Vas a ver: “Casa Fría”, estupenda novela de Adolfo López Mañón

1.
Las manifestaciones de la naturaleza y el clima han servido a lo largo de la historia del arte para metaforizar las emociones y los sentimientos humanos, pero no es común que un autor logre la maestría de reflejar la condición humana aludiendo al frío, sin caer en lugares comunes.
Adolfo López Mañón recibió recientemente el Premio Internacional de Novela Breve Rosario Castellanos por “La Casa Fría” (CONECULTA, Col. Biblioteca Chiapas, 2018), trabajo que según él “salió de un tirón, en una sentada” y estoy segura de que esto se debe a que sus imágenes son de certero efecto estético: nos hielan, nos humedecen, nos erizan y nos acarician la piel. Más cuando habla del ejercicio de la sexualidad en bruto.  
2.
De oficio porquero y posadero, el hijo del encargado de una pequeña estación de tren es quien describe a la gente egoísta, ambiciosa, pobretona, cobarde, caliente. Ni muy alegre ni muy infeliz. Normal (p.36). La cosa es que uno se va encariñando con él, quien se resiste a enamorarse porque de chico lo tundieron a golpes. Y queremos también a Sebastiana, el ama de casa que fue nana, fue mujer de su padre y es la única cuyo nombre aparece en el relato. Como escenario, el México que se abre paso a la modernidad, dejando a su suerte atrás pueblos enteros. El tren con sus pocos vagones, que va y viene es metáfora de la llegada de la modernidad, pues cede el paso a la carretera, que al final cruzará el cementerio local, haciéndolo desaparecer.
3.
Como es ficción contemporánea, es lógico suponer que el autor eche mano de recursos como la imprecisión del lugar de los hechos, un sitio que no obstante, retrata el sabor de la España posterior a la guerra del 36. Sin intenciones de encandilar con descripciones de sabores o recetas, los guisos de Sebastiana y los productos que él narrador prepara con los cerdos que asesina sin piedad, son elementos que pintan una forma de vida conocida por muchos de nuestra generación, descendientes de aquellos no franquistas que llegaron a México a ser recibidos por un país siempre noble. De España también proviene la madre asesinada del posadero (cosa que mantiene la  tensión, pues el hecho se descubre al final) y provienen las palabras “cutre” y “maja”, pues ya sabemos que a López Mañón le gusta emplear palabras fuera de lo habitual, por sus entregas periodísticas.
En la historia, además, aparecen otras almas-hilacho. Y por serlo, muestran nuestra imposibilidad de ser familia aunque lo seamos. Están la hermana monja que va tornándose un fantasma, porque a pesar de las cartas que envía desde Europa, no nos queda claro que siga viva (y por otra parte nos hace pensar en que toda familia católica mexicana que se precie de serlo, sin duda lleva una monja a cuestas) y la hermana liberal, la que se atreve a dar el paso hacia la defensa de los tan de moda derechos humanos -sin mencionarlos como tales-, siendo ésta la que nos alivia un poco el desaliento que cruza toda la obra.
4.
Lo que se hace por el padre es todo un tema en psicoanálisis y es el pivote que da explicación a lo que se narra en el texto. En este sentido, es redonda la narración. No le sobra, no le falta nada. La historia comienza y termina donde debe: con el actuar del padre que marca la vida de su prole, para bien y para mal.
Las mujeres de “Casa Fría” son prácticas, putas, cabronas y no emocionales, como suelen ser en la literatura contemporánea. La psicología femenina no le interesa al novelista, más que en el caso de Sebastiana, quien le da un sentido esperanzador a las vidas “no-veladas”, pues a pesar de su rusticidad conoce la condición humana. Por eso es que su escritura recuerda al francés Pascal Quignard.
Finalmente, me queda decir que el tema de la mirada (“se te hace ojo”, repite el autor varias veces al introducir a los personajes del libro) me encantó. Llevo años coleccionando textos que abordan el asunto, porque me fascina como se genera la interpretación del mundo a parir de un asunto meramente biológico.
De recomendadísima lectura, “Casa Fría” es y será un libro que llegó para quedarse en la literatura mexicana. FIN.



Correo electrónico: helenanoval@yahoo.com.mx

lunes, 3 de junio de 2019

Vas a ver: “Doble Intención” libro-epistolario de Ethel Krauze y Beatriz Rivas

1.
Si tenemos suerte, porque son escasos, en las librerías, abajo de los volúmenes dedicados a las biografías, podemos encontrar los epistolarios.
Conformados por cartas, estos libros que conjuntan misivas se presentan en nuestro ánimo como “curiosidades”: como que siente una que no va a entender las minucias que narran. Por eso a veces aparecen comentadas por un escritor o editor.
Y por supuesto algo hay de voyeurismo en la lectura de epistolarios: siente una que anda metiendo las narices en donde no la llaman.
Y sin embargo, la literatura epistolar existe: es literatura-conversación.
A veces contamos con las de un solo escribiente, -porque las otras se perdieron-, o el destinatario fue mísero con sus respuestas, como sucede con Ricardo Guerra, quien poco le escribía a la pobre Rosario Castellanos, que se deshacía de amor por él. ¡Cómo duelen las cartas de Rosario a Ricardo!
Caso similar el de Tina Modotti y Edward Weston, quien decidió no dejarse ver en la intimidad de su relación con la fotógrafa, al censurar la publicación de su correspondencia.

2.
La semana pasada presentamos en la Sala Manuel M. Ponce del Jardín Borda, “Doble Intención”, volumen que reúne las cartas que se enviaron por correo electrónico  Ethel Krauze y Beatriz Rivas, durante 5 años (Editorial AGUILAR). Según ellas, al principio no pensaron publicarlas, pero a medio trayecto decidieron hacerlo, cosa que declaran en la página 139.
En sus textos aparece su vida cotidiana, sus intereses como escritoras, sus compromisos sociales, sus convicciones, sus profesiones....sus amores, sus intimidades, sus maridos, sus hijas únicas, sus amigas...sus viajes y su país, México.
Lo rico de su lectura estriba en que hablan con familiaridad, con sinceridad y con sencillez.  Pero ojo, ambas son escritoras y al DESTINATARIO primario -ellas mismas- añaden un tercero: nosotros los lectores.
Y es que como oficiosas del teclado, no pueden evadir la preocupación por el efecto que se conseguirá con la lectura y el estilo termina distinguiéndolas.

3.
Por supuesto, en estas cartas, el límite entre lo público y lo privado no existe, asunto propio del genero epistolar, pero como textos de la llamada posmodernidad, también  incluyen experimentos como el de la página 108, un “palimpsesto”, conformado por referencias entre autores, un juego de superposiciones entre creatividades.
De las cartas también llama la atención la postura de género; hay allí un feminismo de última generación, que se aleja de aquellas radicales anti hombres de los años 70. Sentimos en ellas a unas amantes amorosas de sus maridos y la vida en familia, a dos autoras que luchan por los derechos de la mujer y la equidad de género. Una de las referencias al respecto es el libro “La hora sin diosas” de la propia Beatriz Rivas, que rescata las historias de Hannah Arendt y Melanie Klein.  Y desde esta postura, ambas nos llevan a conocer a otras mujeres como Julieta Fierro, Malala, o Naomi Wolf.

4.
Concluyo citando a Antonio Saborit, quien dice, cuando habla de las cartas entre Modotti y Weston: “(las cartas) esbozan la historia de su sensibilidad. Le devuelven a su persona la merma de los rumores y la leyenda. Y son pretexto para un apunte biográfico”.
Pero añado que entrarle a la lectura y comentario público de estas cartas entre Ethel y Beatriz, por invitación de la primera, ha sido para mí un regalo mayor. Resulta que a propósito del encuentro de la semana pasada, Beatriz me recomendó otro de sus libros, “Dios se fue de viaje” (Alfaguara, 2014). Y hoy domingo no he podido dejar de leerlo.  
La autora tuvo la brillante idea de enlazar las vidas de la traductora y científica Madamme du Chatelet y su amante Francois Marie Arouet, conocido como Voltaire y los fotorreporteros Gerda Taro y Robert Capa, protagonistas de otra historia fascinante, aquella de la maleta llena de fotografías de la Guerra Civil Española, que apareció en un edificio de la Colonia Roma hace unos 5 años. En fin: ¡Qué maravilla París, qué milagro el arte, qué fascinación la lectura! FIN. 



Correo electrónico: helenanoval@yahoo.com.mx