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1.Firmado por
algunos de los más reconocidos analistas de la cultura, entre los que se
encuentran Eduardo Nivón, Eduardo Cruz Vázquez, Ernesto Piedras, Lucina Jiménez
y Carlos Villaseñor, se entregó a la Comisión de Cultura y Cinematografía de la
LXIII Legislatura, el pasado 15 de marzo, el documento orientador que servirá
de base para la creación de la tan comentada y necesaria Ley de Cultura del
país.
El mismo, de 50 páginas, se redactó entre el 14 de enero y el 14 de marzo
y puede leerse como un apoyo inédito para los diputados que lo solicitaron,
pues están obligados a atender el tema actualizando sus criterios, pero también
puede verse como un enorme reto para los gobiernos de las diferentes entidades
del país, pues se presentan en la propuesta novedades que implican serios
compromisos e inversiones que tendrán que solventar.
En las
consideraciones que anteceden a la propuesta, se habla por ejemplo de
comunidades de migrantes (antes poco tomadas en cuenta) y se explica que las
identidades de los individuos se conforman hoy en día con base en las
relaciones que establecen con los medios de comunicación, la tecnología y las
redes electrónicas. El reto en este sentido será generar acceso a la cultura y
productos culturales para los integrantes de tan diversas comunidades e
intereses.
Además de insistir
en la diversidad cultural, el documento puntualiza el valor económico de la
cultura, es decir, va más allá del tradicional valor simbólico y educativo,
discurso que basó las políticas culturales durante la mayor parte del siglo XX.
2. Para e caso de nuestro estado preocupa el Artículo 76, referente a las
atribuciones de los gobiernos municipales, pues además de pedir que se formule
y ejecute el Plan de Desarrollo Cultural Municipal (cosa que tendrá que revisar
el Consejo Municipal de Cultura en el caso de Cuernavaca), pide que se
sostengan los recintos y espacios culturales de cada municipio para la
realización de actividades relacionadas con el objeto de la Ley.
Y aquí me
pregunto yo, querido lector y lectora: ¿cómo sin recursos los 33 municipios del
estado podrán mantener los flacos y desnutridos lugares que a veces destinan a
la cultura (cuyas vocaciones no son claras), por no hablar de Cuernavaca, cuyo
mal llamado Museo de la Ciudad apenas se da a basto para atender los mil
eventos y necesidades expositivas de la ciudad?
3. Levanta el ánimo el Capítulo
IV, pues en él hablan los expertos del financiamiento al desarrollo cultural
por parte del sector público y proponen un presupuesto que se incremente de
manera progresiva, considerando que la cultura es una inversión. Y anima porque
como sabemos, la labor de los promotores culturales es difícil, tienen que
convencer al servidor público del valor de su trabajo y casi siempre terminan
conformándose con los centavitos que les dan. Como remedio a las pobrezas del
presupuesto que anualmente se destina al sector, proponen los expertos que se
generen vínculos con incubadoras de negocios, fondeadoras y fundaciones (Art.
47, 49 y 51). Este esquema mixto de patrocinio ha rendido frutos en otros
países, en México es novedoso y poco estimulado en términos de cantidades por
las Secretarías de Hacienda, de Cultura y la de Economía, por mencionar a tres
de las principales instituciones interesadas en el tema.
4.Para el caso de
nuestro estado, resuena de especial manera la importancia que se le da a la
biodiversidad y del patrimonio natural en el documento, porque golpea la
consciencia colectiva a raíz del anuncio que se hizo la semana pasada de la
subasta de gran parte del territorio protegido de nuestra entidad.
Con respecto al
deplorable estado en el que se encuentra el Parque Ecológico Chapultepec,
conocido como Jungla Mágica, expuesto el miércoles pasado el Profesor Pablo
Rubén Villalobos, en la reunión del Consejo Cívico Ciudadano llevada a cabo en
Los Belenes, puede adelantarse que tendrán que dar cuentas sobre el mismo no
sólo el Secretario de Desarrollo Sustentable Topiltzin Contreras, sino la
Secretaria de Cultura Cristina Faesler.
En suma, si el
documento se adopta y adapta en cada estado, como deberá hacerse tomando en
cuenta también los artículos transitorios, se comenzará a tomar en cuenta a la
cultura como parte esencial del desarrollo económico y educativo del país. Y
esto es así porque la cultura es un derecho humano, como lo dijo Olivares Brito
el viernes pasado en su informe, no un accesorio o un asunto de vocación
artística (lo peor es cuando se equipara a la cultura con “la bohemia”). De ahí
que después de las debidas y ricas polémicas, el consejo redactor se haya
puesto de acuerdo para titular el resultado de su trabajo como “Documento
Orientador hacia una Ley General de Derechos Culturales de México”. FIN.
Articulo publicado en: https://www.diariodemorelos.com/noticias/vas-ver-hacia-la-ley-general-de-derechos-culturales-de-m%C3%A9xico-retos-para-morelos-primera-parte
Por: María Helena Noval